La entrada de El Candado: mal espejo de la urbanización

La entrada a la urbanización El Candado se ha convertido en una muestra evidente del deterioro urbano que afecta a algunas zonas cotizadas. Fuentes rotas y completamente secas, pasos de peatones desgastados hasta el punto de convertirse en un riesgo para transeúntes, y basura acumulada fuera de los contenedores conforman una estampa diaria que preocupa a residentes y visitantes.

Las fuentes, que en su día ofrecían una imagen cuidada y acogedora a la entrada del barrio, llevan meses sin funcionar. Algunas presentan grietas visibles y signos de vandalismo. En lugar de agua, solo hay polvo, suciedad y hojas secas.

El estado de los pasos de peatones es otro motivo de alarma. Las marcas viales están tan desgastadas que en algunos tramos prácticamente han desaparecido. La superficie irregular del asfalto y los socavones suponen un riesgo real de caídas, especialmente para personas mayores o con movilidad reducida.

No acaba aquí la historia. A esto se suma el problema de los residuos. Aunque hay contenedores, es habitual ver bolsas de basura fuera de ellos, muebles abandonados o restos de poda sin recoger durante días. Esta acumulación genera malos olores, atrae insectos y daña la imagen de una urbanización que durante años fue símbolo de tranquilidad y buen mantenimiento. Los vecinos denuncian la falta de atención por parte del Ayuntamiento y reclaman una intervención urgente que devuelva El Candado que «siempre conocieron».

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