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La calle Octavio Picón, una de las vías referencia que une Juan Sebastián Elcano con la parte más alta de Pedregalejo, se encuentra en un estado de decadencia. Así lo denuncian los vecinos, que envían fotos a este periódico del estado del acerado: «En muchos puntos de la calle, que tiene gran extensión y por la que por cierto transitan muchos niños al estar el colegio de La Presentación, hay obstáculos que tienen que ver con la erosión de la acera, que se encuentra levantada por algunas obras, las raíces de los árboles y el paso del tiempo», explica una residente.
Es por ello que solicita a las administraciones pertinentes que intenten arreglarlas antes de que se sufra «cualquier traspiés», que sería el principal problema. No obstante, la propia imagen de la calle también es un contratiempo, aunque obviamente menor. Este mismo problema lo sufren zonas colindantes, tanto en el acerado como en la propia calzada.
Ejemplos claros son Amador de los Ríos, Pintor José Ponce o Pintor Juan Bara, en las que todavía los vecinos «no entienden» porqué siguen teniendo la calzada distinta a las otras calles: «Tampoco queremos que se ponga asfalto pero sí que se adecente cuanto antes», razona otro vecino. La cuestión es que parece que esa parte de Pedregalejo necesita una visita y posterior solución por parte de las administraciones.
El Distrito Bailén Miraflores tiene deberes que hacer si no quiere convertirse en el gran señalado. Esta vez las críticas van enfocadas a la zona de Carlinda, tres desde la semana pasada: «Me pongo en contacto con este medio para dar voz y visibilizar la dejadez que tenemos en la zona de Carlinda perteneciente a la junta de distrito Bailén Miraflores» comenzaba a contar Isabel Díaz en su carta a SUR.
Y es que por más que se publican denuncias, hasta la fecha, no se han visto cambios significativos positivos en la zona, tal y como reconocen los vecinos de la zona.
La zona alta de Cerrado de Calderón sigue con asuntos que resolver. Desde la entrada de la autovía y la más que denunciada calle Cáceres –por su peligrosidad en ciertas curvas– a la calle Juan Cabaniles, con restos habituales de botellón y algunas vallas caídas que dan paso a terrenos privados.
Además, para llegar de una calle a otra de las citadas hay que atravesar por Juan Vázquez, que tiene un serio problema: el aparcamiento y la movilidad, según argumentan los vecinos de la zona.
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