Daniel Pérez concita la unidad del PSOE en torno a su candidatura

Entre los asistentes, veteranos de la vieja guardia socialista como Francisco Oliva, Luciano Alonso, Luis Reina o José María Ruiz Povedano; sanchistas como Ignacio López –miembro de la dirección federal que lidera Pedro Sánchez– o Rafael Fuentes –cuyo nombre sonó como posible adversario de Pérez–; la cúpula provincial del partido con el secretario general, José Luis Ruiz Espejo, y el presidente de la formación, José Bernal, a la cabeza; la secretaria provincial de Juventudes Socialistas, Ana Villarejo; el exsecretario general Miguel Ángel Heredia; los integrantes de la dirección andaluza del partido José Carlos Durán y Francisco Conejo; o quien fuera candidata a la Alcaldía en 2011 y 2015, María Gámez, a quien desde que dimitió en el verano de 2016 y se retiró de la primera línea política no se la había vuelto a ver en un acto de estas características. Junto a ellos, los delegados provinciales de las distintas consejerías de la Junta, el grupo municipal del PSOE en la Casona del Parque, el pintor Eugenio Chicano, militantes de base y vecinos del barrio con los padres del candidato, Antonio y María del Carmen, y su hermano, Antonio, a la cabeza.

Una unidad interna que es necesaria para presentarse ante los ciudadanos y a la que aludió Daniel Pérez cuando proclamó que el suyo es un proyecto colectivo y compartido, de un partido unido. «Cuando estamos juntos, este partido es imparable», subrayó.

Una puesta de largo concurrida y festiva donde Pérez esbozó las líneas generales de su proyecto político para Málaga. Una ciudad que, según sostuvo, necesita «un nuevo impulso y un proyecto ambicioso ante la parálisis y el estancamiento de un alcalde, Francisco de la Torre, agotado y un equipo de gobierno a la fuga». El aspirante se presentó como el timonel que necesita la capital y se ofreció para ser «el primer alcalde nacido al otro lado del Guadalmedina, ese río que durante tantos años separó a la Málaga pudiente de la humilde».

En el pistoletazo de salida de esta larga precampaña hasta la cita con las urnas, no faltaron las primeras promesas. El candidato socialista anunció que si es elegido alcalde una de sus primeras medidas será el soterramiento de las vías del tren a su paso por la ciudad «aunque sea con fondos municipales, mediante un convenio con el Gobierno».

La apuesta por el corredor mediterráneo; el empuje para convertir al aeropuerto de Málaga en un hub internacional; la revisión del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU);el impulso al PTA con un 'scoulting' que atraiga empresas y potencie sectores como el del 3D y el videojuego –eso sí, no dijo nada sobre la mejora de los accesos a la tecnópolis–; y un gran parque en los antiguos terrenos de Repsol fueron algunos de los compromisos del candidato.

Daniel Pérez subrayó que el PSOE es un partido «transformador» y, en este punto, reivindicó la figura de quien fuera el primer alcalde de la democracia en Málaga, el socialista Pedro Aparicio. Las personas serán el eje de su programa electoral «de cambio», según anunció, y que se basará en lograr una Málaga más justa, con oportunidades para los jóvenes, centrada en los barrios y en la que se culminen proyectos inacabados como el Astoria y el Guadalmedina.

El principal objetivo, según aseguró el candidato socialista, es ser la capital del sur de Europa y convertir a Málaga, junto a su área metropolitana, en la tercera gran conurbación de España. Una idea esta última en la que también inciden en los últimos tiempos tanto el PP, especialmente su presidente provincial, Elías Bendodo, como Ciudadanos, con su portavoz municipal, Juan Cassá.

Mariluz Reguero, exedil de la capital, fue la encargada de presentar a Daniel Pérez, a quien definió como «un hombre trabajador, inteligente, idealista, formado, que conoce y ama su tierra, tiene ganas de cambiar las cosas y sabe muy bien qué es lo que necesita Málaga». El aspirante socialista ha dado su primer paso convenciendo a su partido, el siguiente reto que tiene por delante es persuadir a la ciudadanía malagueña.