Los cuatro puntos en los que el Puerto de Málaga controlará el ruido para alivio de vecinos y tripulantes

Estarán ubicados en cuatro puntos del paseo. El primero, junto al acceso por la zona más occidental del Parque, frente al restaurante Gutiérrez. El segundo se emplazará frente a la estación marítima; en tanto que el tercero y el cuarto se radicarán en la plaza contigua a lo que era el Aula del Mar (cerrado y cuyo edificio albergará un observatorio marino ligado a la tecnología) y frente al restaurante Kaleido respectivamente.

«[...] el suministro, instalación y puesta en marcha de cuatro puntos para el control de ruido en el Palmeral de las Sorpresas, situado en el muelle 2 del Puerto de Málaga y que debe estar en servicio a la mayor brevedad debido a las actividades musicales y artísticas que se desarrollan en esta ubicación a diario pero en especial los fines de semana, se incluía en el pliego de condiciones técnicas que ha servido de base para el concurso.

El suministro consiste en los equipos necesarios para el control de ruido en todas las zonas afectadas por las actividades musicales. «Los equipos deberán colocarse en elementos ya existentes, dejándolos lo más integrados posibles y prestando especial atención a la estética de la zona. En función de la altura pueden colocarse sobre la pérgola existente sin afectar en ningún caso dicha pérgola. Estará incluido todo el equipamiento auxiliar necesario para el correcto funcionamiento del mismo así como el software para la gestión de los equipos instalados. Deberá además integrarse en la plataforma existente 'IN4CITY' de reciente implantación en el Puerto de Málaga», proseguía el texto, que incluía también el asesoramiento para recabar datos, procesarlos y configurar alarmas.

En suma, se trata de conciliar el ocio con la calidad de vida de los vecinos y una cierta tranquilidad para las tripulaciones y turistas: «Inevitablemente, este progresivo éxito ha atraído a nuestro espacio Puerto-Ciudad numerosas actividades, tanto artísticas en general como musicales, que si bien durante algún tiempo se han desarrollado a pequeña escala, su incremento obliga a esta Autoridad Portuaria a adoptar algunas normas que faciliten el ocio de los visitantes del puerto, pero en armonía y equilibrio con el resto de las actividades que se desarrollan en el mismo espacio y, por descontado, con el derecho al descanso y tranquilidad que tienen las tripulaciones de las embarcaciones atracadas en nuestras dársenas y los vecinos de áreas colindantes».

Los sensores serán de medición continua, todos los días y a todas horas y sus datos serán transmitidos por sistema inalámbrico. El contrato incluye todas las cuestiones de software y hardware relativas al proceso.

Las actuaciones musicales en el Palmeral no han estado exentas de polémica. El pasado otoño, el Puerto regulo este mapa acústico. Tras el progresivo aumento de las actuaciones, las había frenado en seco en verano para reorientarlas. Para las actuaciones musicales, hay establecidos a partir de ahí cuatro puntos que coinciden aproximadamente con los sonómetros que se van a incorporar. En cada uno de ellos, hay dos turnos de actuaciones: de 10.00 a 16.00 y de 16.00 a 22.00 horas. Los instrumentos utilizados no podrán superar los 73 decibelios. Para las intervenciones artísticas que no comporten sonido, existen otras cuatro zonas habilitadas en el paseo.

Las autorizaciones son por un año y a cambio del pago de las tasas a la Autoridad Portuaria. Son 129,44 euros al año (10,79 euros al mes) para la ocupación y la misma cantidad por el desempeño de la actividad (129,44 euros al año; 10,79 euros al mes). En este último caso, la institución justifica esta cuantía ante la imposibilidad de cuantificar el volumen de negocio anual, dado que se prohíbe la contraprestación económica para el artista, sin prejuicio de los donativos que voluntariamente quieran aportar los viandantes. Además, se exige una fianza o garantía de explotación de 313,23 euros, equivalente a la totalidad de las tasas anuales más su IVA correspondiente.

A los artistas se les pide también un seguro de responsabilidad civil y de daños con cobertura para los posibles riesgos que pudieran derivarse de la actividad autorizada. Además, los titulares de la acreditación se comprometen a respetar las normas de convivencia del Puerto, lo que incluye no dificultar el paso peatonal con la actuación, no utilizar mobiliario urbano ni deteriorarlo y no obstaculizar el acceso a los locales y restaurantes. La inspección y el control de las actividades autorizadas corresponde a la Policía Portuaria.