El cierre de un local de trasteros sorprende a medio centenar de vecinos de El Palo en Málaga

Los afectados, que podrían ser cerca de 50, denuncian que nadie les había avisado del supuesto cierre. No solo eso, sino que ahora no pueden acceder al interior del local a retirar sus pertenencias. «Tenemos ropa y todo tipo de objetos de valor que no sabemos cuándo vamos a poder recuperar», denuncian.

Al parecer, y siempre la versión de los afectados, sólo algunas de las personas que tenían contratados los servicios con esta empresa recibieron la semana pasada un mensaje alertando de algún tipo de contratiempo. Entonces se les comunicó que no se iba a poder acceder al local durante unos días por motivos técnicos, pero la realidad es que a día de hoy han desaparecido todas las referencias al negocio anterior.

Ante la falta de respuestas, los usuarios de este servicio han comenzado a denunciar los hechos ante la policía y se han agrupado a través de un grupo en redes sociales para hacer más presión. Algunos hablan de un problema surgido entre los propietarios del local y las personas que lo explotaban; otros de un problema con Hacienda; aunque la realidad es que nadie ha dado una versión oficial.

Una de las afectadas y quien dio la voz de alarma es Ana Tejedor, una vecina de El Palo que puso sobre aviso al resto de afectados el pasado martes cuando fue a retirar algunos objetos personales. «¿Sabe alguien qué es lo que ha pasado con estos trasteros de calle Villafuerte?», se preguntaba en redes sociales.

Posteriormente explicaba que el martes se encontraron con que «estaba tapiado y que los carteles los quitaron el miércoles sin ningún tipo de información», explicaba. «Al parecer el cierre ha sido por orden judicial y todas las pertenencias no son nuestras ahora mismo, sino de la propietaria del local», resumía en redes.

La confusión y preocupación generada tras el cierre de este local de trasteros también se ha extendido a otras zonas del barrio. La misma empresa cuenta con otro negocio en la calle Padre Lerchundi y ayer por la tarde se llenó de clientes que corrieron a retirar sus pertenencias tras correrse la voz de que podía pasar lo mismo.

Uno de los usuarios de este segundo local es Antonio Muñoz, quien lamenta la forma de actuar de la empresa. «Han cerrado sin avisar sin poner ningún distintivo ni nada; y por eso estamos todos pegándonos patadas en el culo para sacarlo todo y que no nos pase lo mismo».

Tras el revuelo generado, el propietario de la empresa ILoveMyTrastero, Antonio Santoja, asegura que ellos no han sido los responsables del tapiado del local, sino la empresa propietaria y que a ellos también les ha pillado por sorpresa.

Cuestionado por este periódico, reconoce que en un primer momento tuvieron problemas de liquidez y que por ello el juzgado decretó el alzamiento del local, pero confiesa que esos problemas ya estaban resueltos y que ahora la propiedad ya actuado «de mala fe». Incluso avanza que van a hacer todo lo posible para que los clientes recuperen sus pertenencias aunque eso les cueste a ellos el dinero.

Asegura que se trata de un problema puntual de los dos locales que tienen en El Palo (el de calle Villafuerte, que ya ha cerrado, y el de la calle Padre Lerchundi, que será desalojado el 9 de mayo por similares circunstancias). El resto de locales de la empresa -asegura- «seguirán funcionando con normalidad».