Cartas de ida y vuelta: las que se enviaron Hernández Pezzi y De la Torre en su día
El alcalde y el exedil fallecido se escribían para despedirse tras el paso del arquitecto por la Casona en un texto en el que se aprecia su excelente relación
El que fuera concejal díscolo, a veces errante cuando abandonó el grupo municipal socialista, no dejaba indiferente a nadie. Érase un hombre pegado a una ... sonrisa, érase un edil sin igual en sus maneras y su dialéctica, érase Carlos Hernández Pezzi.
El arquitecto dejó de ver la luz de este mundo el pasado viernes 18. Concejales y miembros de todos los partidos le despidieron durante el fin de semana en el cementerio. Su nexo de unión a ellos en la Corporación 2011-2015 era sencillo: nunca fue sectario y siempre anteponía las personas a la política. No eran raros esos días en los que tras la comisión de Urbanismo, en la que el por entonces edil del ramo Francisco Pomares y él se habían arreado estopa de la dura, de la efervescente, ambos acabaran riéndose en los pasillos, en esa escena de pelillos a la mar que tenía más clase que cualquier té británico de las cinco.
Con el alcalde Francisco de la Torre, con el que difería más que coincidía, también tuvo una relación especial más allá de la cordialidad. No eran pocas las veces que el primer edil se tuvo que tapar la cara con disimulo en el pleno para que no se viera cómo se carcajeaba con Hernández Pezzi pese a que él mismo fuese en ese momento la diana de sus críticas. Algunas las ocasiones en las que el equipo de gobierno del PP, por entonces con mayoría absoluta, le aprobaba una de las mociones al edil independiente porque sus propuestas estaban tan bien construidas, estudio, diseño y dibujos, que parecían más un artículo sobre urbanismo que tediosas iniciativas a pleno. Fácil recordar aquella excepcional para impulsar las azoteas verdes en Málaga como en Chicago y así luchar contra las islas de calor y mejorar el medio ambiente urbano. Luego no se cumplían, pero ahí quedarán en las actas de pleno para los anales y podrán servir incluso para los que vengan detrás y quieran copiar ideas brillantes.
Con De la Torre tenía una relación sui géneris, en la que Hernández Pezzi le criticaba por su modelo de ciudad, y el primero se defendía hablando de las bondades de Málaga, pero era evidente su complicidad extramuros. Eso era lo que hacía grande al arquitecto madrileño (1949), recriado en Málaga (2019), que su saber estar, su cintura política, y su humanidad desbordaba a todos, amén de que su ironía y su retranca acababan provocando los mejores 'gags' de las sesiones plenarias. Tenía un guión en la cabeza con un propósito indeleble: hacer reír. Porque un día sin haber reído es un día perdido, que dijera Charles Chaplin. Para él, una máxima.
Cuando abandonó el Ayuntamiento, el alcalde y él se cartearon. Hernández Pezzi era muy epistolar, y en vez de usar el WhatsApp, que prácticamente lo odiaba, mandaba mails con sus publicaciones, con alguna poesía, con sus participaciones en eventos, entre ellos Greencities, al que le De la Torre le invitaba como ponente.
Pues bien, las cartas están en poder de esta sección porque el propio Hernández Pezzi las facilitó en aquella época para que se publicaran, pero seguramente la vorágine del día a día las dejaron en el inabarcable archivo de correos electrónicos. A veces las cosas pasan porque sí. Hoy las recuperamos para dar cuenta de una bonita relación más allá de las diferencias políticas, que eran muchas y acusadas.
El alcalde le despedía el 15 de junio de 2015 con unas líneas en las que le agradecía su dedicación y esfuerzo en pos de la ciudad al tiempo que le decía: «Estoy convencido de que añoraré tantos momentos compartidos y que formes parte del nuevo plenario (entre otras sinceras reflexiones). Agradecido por tu amistad y por el trabajo que has desarrollado, quedo siempre a tu disposición y recibe un cordial abrazo«.
El arquitecto le contestaba diciéndole que recibía su cariñosa carta y que correspondía a la misma con cariño y amistad. Le agradecía a De la Torre que le escribiera que gracias a su trabajo había aumentado la confianza en política de los ciudadanos.
Hernández Pezzi era crítico al añorar más colaboración entre partidos, definía a la ciudad como «adictiva» y ponía de ejemplo de ello al propio alcalde, al que le deseaba lo mejor «en el nuevo mandato por el bien de Málaga». Finalizaba agradeciéndole «su apoyo y su amistad en momentos vividos juntos», augurándole «mucha suerte» y con un sencillo «ya sabes que me tienes para lo que haga falta».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión