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Se ha contado en varias ocasiones en esta sección un problema que va acumulando el Centro Histórico desde hace tiempo y que parece que no acaba de solucionar: la inestabilidad en sus aceras debido a la erosión del tiempo.
Molina Lario fue la primera señalada, y poco a poco se unieron otras zonas como los aledaños de la Plaza Uncibay. No obstante, hay una calle que sin duda es la que más aglutina denuncias por caídas y traspiés desde hace unos meses – superando a calle Nueva –: se trata de calle La Bolsa.
«Tenemos un comercio cercano en la zona y vemos habitualmente cómo se suceden las caídas de muchas personas que vienen desde la zona de calle Larios. Algunas de las que hemos presenciado son de personas mayores que han sufrido al caerse al suelo. Habría que soluciona este problema cuanto antes» comenta una lectora habitual en conversaciones con este redactor, que curiosamente había oído hablar de algunos socavones de la calle.
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Es por ello que decidí personarme en la zona para comprobar cuáles eran los contratiempos. No tardé en darme cuenta de que sí había muchas erosiones, tanto en arquetas como en el propio acerado, y curiosamente presencié un traspiés sin consecuencias de una señora que iba caminando a mi lado.
El Distrito Centro, que ya tiene información más que suficiente sobre las calles que tienen más deficiencias, debería actuar con determinación – sabemos que no es sencillo – con ese problema.
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