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Los embalses que abastecen a Málaga capital rondan los 89 hectómetros cúbicos, lo que, sobre el papel, podría servir a la ciudad para mejorar un ... escalón y pasar de escasez grave a severa. En todo caso, es un escenario de sequía que hay que gestionar y administrar. ¿Cómo lo hace Emasa?, ¿de dónde viene el agua que nos bebemos en la ciudad?
El primer punto importante es conocer los recursos disponibles. Y eso implica cantidad y calidad porque, como es sabido, el agua procedente del embalse del Guadalhorce alcanza altísimos niveles de salinidad, máxime durante esta larga sequía.
El agua que sale por los grifos de Málaga capital se trata en la potabilizadora y la desalobradora de El Atabal. En estos días, para ahorrar al máximo agua de los embalses de cabecera, sólo tiene esa procedencia el 50% del caudal que se trata. El otro 50 se reparte esta semana entre Casasola, que normalmente no abastece y cuya función primordial es laminar las avenidas del río Campanillas y del complejo de Aljaima, en el que confluyen el sistema de pozos y el agua que fluye por el río Guadalhorce recién llegada del río Grande. En estos días, el 35% del agua de la ciudad viene de esta zona de Cártama y el 15%, de Casasola. Sin embargo, el pantano ha llegado a suponer la mitad del suministro, especialmente tras el aumento de su nivel de llenado tras las danas.
50%
del agua que sale por los grifos de la capital viene de los tres embalses del Guadalhorce.
Este intercambio de caudales, según explican desde Emasa, va variando cada semana para seguir produciendo agua de calidad y no sobrecargar el sistema de ósmosis inversa de El Atabal. Ahora mismo, la demanda de agua bruta está en torno a 1.650 litros por segundo.
Las aguas subterráneas son un recurso estratégico para la ciudad. Y más lo serán a partir de la primavera, con el fin de las obras de recuperación del 'gran pantano subterráneo' del Bajo Guadalhorce, que podrían por momentos dar hasta dos tercios del líquido que la ciudad precisa.
¿Cambia algo este año en la gestión de recursos? Básicamente que cada vez se priorizan más los extraordinarios: se trata de ahorrar agua de pantano. De hecho, el Comité de Sequía orientó en una de sus últimas reuniones a una dotación máxima de unos 43 hm3 procedentes de los embalses de cabecera del Guadalhorce.
35%
del suministro procede de los pozos de Fahala y Aljaima y del azud que hay allí para aprovechar el fluyente del río Guadalhorce.
En el último año hidrológico, hubo que restar 12 hm3 evaporados del sistema de embalses. Y otros 10 de rechazo de salmueras en el Atabal.
En el último año, ya el 25% del consumo de Málaga capital vino de pozos y fluyentes (azud de Aljaima). Ahora este porcentaje sube, pero es normal que en meses más calurosos se sitúe en esa media.
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