De la Torre ve en la peatonalización de la Alameda su 'proyecto estrella' en Málaga hasta 2019

Así lo señalaron a este periódico diversas fuentes consultadas que argumentaron que, tras los firmes reparos de la Junta de Andalucía al uso ciudadano del cauce del Guadalmedina, lo que ha frustrado la posibilidad de convertirlo en un parque fluvial y de trazar por el lecho del río una vía ciclista y senderista, De la Torre ha puesto ya sus miras en definir e intentar sacar adelante la intervención para reurbanizar la Alameda y conseguir con ello un actuación con un impacto semejante al que en su momento generó la peatonalización de la calle Larios.

A diferencia de aquel proyecto, en esta ocasión, el equipo de gobierno ha puesto en marcha un inédito proceso de participación ciudadana desde el origen, para que lo que se diseñe para la Alameda responda a las inquietudes mostradas por colectivos y ciudadanos a título particular. Así, desde el pasado mes de junio, la Gerencia Municipal de Urbanismo, junto con la asociación Arrabal-AID, ha llevado a cabo cuatro reuniones con entidades y vecinos, y una con menores de edad dentro de los campamentos urbanos de verano, para recoger propuestas y sugerencias que, según aseguraron responsables municipales, se van a tener en cuenta a la hora de elaborar el proyecto a partir de este mes de septiembre.

En esas reuniones, en las que han participado más de un centenar de malagueños, el Ayuntamiento ha captado el interés por recuperar la Alameda para el uso ciudadano y la crítica por el incesante tráfico privado que hace uso de ella, junto con las cabeceras de las líneas de autobuses de la Empresa Malagueña de Transportes, que deberían trasladarse a otro lugar para hacer posible este proyecto.

Así, ganar espacio para el peatón constituye uno de los principales objetivos de la actuación que se plantee y, en ese sentido, se manejan las alternativas de hacer peatonales las calzadas laterales y dejar el tráfico solo por el centro, o peatonalizar la calzada central y permitir algo de circulación en las laterales.

Según las opiniones recabadas en las asambleas ciudadanas celebradas, la apuesta de los vecinos va más hacia esta segunda opción que haría de la calzada central una especie de Rambla barcelonesa, dejando el tráfico en los laterales. Así lo señaló el jefe del departamento de Arquitectura e Infraestructuras de la Gerencia de Urbanismo, Javier Pérez de la Fuente, quien reconoció que «el sentir mayoritario» recibido es que se haga peatonal la calzada central. No obstante, aclaró que aún no se han descartado totalmente otras opciones y que hasta finales de este mes se sigue con el debate y análisis del futuro de la Alameda Principal.

La apuesta por peatonalizar el centro de la Alameda ha quedado recogida en las actas de las reuniones con vecinos celebradas, en las que también se aboga por hacer de la vía una zona de encuentro ciudadano pensada no solo para el turismo, sino también para los vecinos. En ese sentido, no quieren que se convierta en un nuevo espacio a ocupar por las sillas y mesas de negocios de hostelería. «Que contemple un espacio de ocio, de paseo (bancos, espacios de juego...) sin necesidad de consumir sentándose en una terraza», precisa una de las ideas recogidas en las actas. «Evitar que se convierta en un chiringuito de bares», apunta otra.

No obstante, lo que sí parece claro es que algo de tráfico tiene que seguir pasando por el eje de la Alameda. Así, según se indicó en una de las reuniones por parte de los técnicos de Urbanismo, se ha acordado con el Área de Movilidad del Ayuntamiento que hay que mantener cinco carriles. Su distribución dependerá del proyecto que se elabore, y en el caso de que se opte por apartarlos a los laterales, tendrán que salvar el obstáculo del edículo o acceso previsto por el metro en el lateral norte, frente a la sede de la Delegación del Gobierno andaluz. Con todo, desde el Consistorio aseguraron que cabe la opción de introducir el tráfico por ese lateral pese a la presencia de ese edificio, y aclararon que hacer peatonal la calzada central de la Alameda no significa que las aceras de las laterales tengan que ser muy reducidas para dejar espacio al tráfico. «En los laterales también se pueden plantear aceras generosas, hay anchura suficiente», recalcaron.