Creatividad que rompe barrotes
Internos de la cárcel de Alhaurín de la Torre exponen en la Ciudad de la Justicia una treintena de obras realizadas en la prisión
M. Ángeles González
Martes, 10 de junio 2014, 10:45
Carlos Matos consiguió lo impensable: convertir puertas de celdas en arte. Con la chatarra que se depositaba en las cubas de la prisión este preso ... dio forma durante seis meses a una escultura de hierro patinado que bautizó como Menina, una pieza que desde ayer se exhibe en la planta baja de la Ciudad de la Justicia junto a otra treintena de obras realizadas por internos de la cárcel de Alhaurín de la Torre. Este malagueño de 34 años, que está ahora en tercer grado por un delito contra la salud pública, pudo disfrutar de la inauguración oficial de la muestra, que permanecerá abierta al público en horario de mañana durante los meses de junio y julio.
Como otros de sus antiguos compañeros, Carlos descubrió este «don artístico» entre rejas. Aunque tiene un taller de aluminio y hierro, nunca se le había despertado el gusanillo de la creatividad hasta que le ofrecieron participar en el programa del Colectivo Moraga, que desde 1996 encauza las inquietudes artísticas de los internos de Alhaurín. Por tercer año consecutivo se expone en la Ciudad de la Justicia bajo el nombre de Búsqueda una pequeña muestra del trabajo de los presos, que durante todas las mañanas de lunes a viernes trabajan diferentes técnicas, desde óleo sobre lienzo, a hierro pulido, hilo sobre cartulina o bolígrafo. Con ellas han realizado cuadros, esculturas e instalaciones en las que reflejan sus inquietudes y la forma en la que ven la sociedad actual. Un total de 36 obras que ayer contempló el delegado de la Junta de Andalucía en Málaga, José Luis Ruiz Espejo;_acompañado del coordinador del Colectivo Moraga, Rafael Fernández;_la subdirectora de Tratamiento de la prisión de Alhaurín, Esther Guerra; y familiares de algunos de los autores.
La escultura de Carlos Matos ha sido donada a la Ciudad de la Justicia para que se quede en las instalaciones de forma definitiva. «Me honra mucho estar delante de mi obra», apuntó este malagueño, que agradeció la labor del Colectivo Moraga en la cárcel. «Es una forma de tener una responsabilidad y te ayuda a desconectar y no pensar en los problemas», apuntó.
«Traemos el lenguaje de la libertad a través del arte, la cultura y el conocimiento», afirmó Rafael Fernández, que enfatizó que el colectivo que coordina intenta «dar humanidad y opciones de vida»_a los reclusos facilitándoles un bolígrafo, un pincel o un lápiz con los que tienen la oportunidad «de saltar los muros a través del arte». Ruiz Espejo, por su parte, señaló que detrás de cada obra «hay una historia y una personalidad» y destacó los beneficios de programas como este para contribuir a la reinserción de los presos.
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