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El tiempo corre, las rondas pasan y Estados Unidos e Irán no terminan de unificar términos para recuperar el acuerdo nuclear. El proceso discurre bajo ... la presión de Donald Trump, que amenaza con el uso de las armas si no hay acuerdo rápido, y de Benjamín Netanyahu, quien cuenta los minutos para que se agote la vía diplomática. Estadounidenses e iraníes se han reunido por quinta vez este viernes y Omán mantiene su papel mediación en la embajada de Roma. El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, ha declarado que ha sido el encuentro «más profesional» hasta el momento y su homónimo omaní, Badr Busaidi, ha dicho que «los avances son inconclusos«, aunque ha expresado su esperanza de que »las cuestiones pendientes se aclaren en los próximos días«. El punto positivo es que la ventana diplomática sigue abierta y se han comprometido a seguir hablando.
Los días previos a la reunión en Roma han estado marcados por duras declaraciones de Washington y Teherán sobre sus líneas rojas en este proceso. El mediador estadounidense, Steve Witkoff, defendió que los iraníes deben suspender toda actividad de enriquecimiento de uranio. El Líder Supremo, Alí Jamenei, calificó la demanda de «excesiva e indignante» y advirtió de que es poco probable que las conversaciones en curso den resultados. Araqchi insistió en que están dispuestos a limitar el enriquecimiento de uranio a un nivel del 3,67%, el necesario para el uso civil de esta energía, pero nunca a suspenderlo. Estos comentarios previos son importantes porque muestran que unos y otros necesitan primero llegar a un entendimiento político, a un marco aceptado por las dos partes para luego avanzar en los aspectos técnicos.
Witkoff ha abandonado las negociaciones antes de terminar y eso despertó algunas dudas, pero Estados Unidos ha explicado que se ha debido a la necesidad de tomar un vuelo que tenía programado. Los medios de Israel recogieron un encuentro previo a la reunión con los iraníes de Witkoff con el ministro de Asuntos Estratégicos israelí, Ron Dermer, y el jefe del Mossad, David Barnea. Netanyahu sigue al detalle cada paso del proceso y no oculta su malestar por el diálogo porque considera que la mejor opción para acabar con la amenaza del programa atómico de su enemigo es lanzar un ataque a gran escala contra sus instalaciones nucleares. El primer ministro de Israel fue el responsable de que Trump rompiera en 2018 el pacto firmado por Obama tres años antes.
El tiempo corre en contra de los intereses de Teherán ya que desde Estados Unidos insisten en que, en ausencia de un acuerdo, podrían considerar otras medidas, incluidas opciones militares, para impedir que Irán adquiera un arma nuclear.
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