Más de 90 yihadistas del Daesh murieron por la bomba estadounidense lanzada en Afganistán

El último recuento de las autoridades locales elevó el número de muertos hasta 94, dos más que la cifra dada previamente por el gobernador del distrito de Achin, Esmail Shinwari, quien había asegurado que "no hay ninguna víctima militar o civil". Mientras que el portavoz gubernamental de la provincia de Nangarhar, Attaullah Khogyani, por otra parte había aumentado la confusión al cifrar en 90 el número de yihadistas fallecidos.

El proyectil GBU-43/B Massive Ordnance Air Blast (MOAB), apodado la madre de todas las bombas, fue lanzado por primera vez el pasado 13 de abril contra posiciones del Daesh en esa provincia de Nangarhar, en el este de Afganistán.

Dicha bomba destruyó varios refugios en la montaña, un complejo de túneles y grutas que servía a los yihadistas para esconderse de los ataques, y provocó una imponente columna de fuego. Así, el primer balance de las autoridades afganas era de 36 yihadistas muertos.

Según expertos en seguridad, el Daesh había construido sus refugios cerca de zonas habitadas por civiles pero el Gobierno afgano explicó que miles de familias ya habían abandonado la zona en los últimos meses por los combates.