Una protesta propalestina impide el desembarco de 2.000 turistas israelíes en Grecia

Aunque la empresa propietaria del barco no lo ha confirmado oficialmente, la prensa israelí apunta que la modificación del itinerario del viaje fue forzada por la magnitud de la concentración. El Ministerio de Exteriores de Israel había asegurado que seguía de cerca el incidente a través de la Embajada en el país heleno. El ministro hebreo del ramo, Gideon Sa'ar, se puso en contacto con su homólogo griego, Giorgos Gerapetritis, para solicitarle su intervención con el fin de permitir el atraque y desembarco del crucero.

«Hay menos de 200 manifestantes palestinos, y por eso no podemos bajar 2.000 israelíes. Es absurdo», ha expresado Bentsi Kaplan, dueño de la bodega Bituach Winery y uno de los pasajeros en declaraciones al medio 'Israel National News'. Este viajero lamenta que el buque debía hacer escala en Syros, una isla griega de unos 10.000 habitantes, pero un reducido grupo de manifestantes impidió que pudieran conocerla.

Kaplan, que viaja con más de veinte de sus nietos, ha añadido que hubo momentos de confusión y tensión a bordo. «El capitán del crucero no está tomando riesgos. Nos trajeron de vuelta a todos. Hay mucha presión y caos, pero no están dispuestos a arriesgarse», ha manifestado. Algunos pasajeros propusieron manifestarse frente a los activistas palestinos, pero la compañía naviera desechó cualquier acción de ese tipo, haciendo referencia la presencia de pasajeros mayores y la necesidad de evitar incidentes.

En un primer momento la empresa Mano Maritime señaló en un comunicado que «como en varios lugares de Europa, también en Syros se está registrando una protesta de decenas de activistas propalestinos. Estamos en contacto con las autoridades locales y como resultado, hay una ligera demora en el desembarco. El tiempo de estadía en el puerto será extendido en consecuencia». Aunque finalmente no pudieron atracar en la isla helena.

Este incidente ha generado preocupación diplomática entre Israel y Grecia por la seguridad de los ciudadanos israelíes, y volvió a poner en evidencia las tensiones en Europa respecto al conflicto palestino.