¿Por qué los pasos de cebra de Cuevas Bajas son morados?
El pequeño municipio malagueño apuesta por el color como símbolo de identidad local, en homenaje a su producto más singular: la zanahoria morá
A simple vista puede parecer solo una rareza estética, pero en Cuevas Bajas, hasta los pasos de peatones cuentan una historia. Desde hace unos días, ... el blanco habitual de las bandas horizontales convive con un morado intenso en distintas calles del municipio. No se trata de una ocurrencia ni de una campaña efímera: el Ayuntamiento ha iniciado un plan de embellecimiento urbano que arranca con el repintado de pasos de cebra en blanco y morado, en homenaje a la zanahoria morá, símbolo indiscutible del pueblo.
Esta intervención se enmarca dentro del plan de mantenimiento de infraestructuras urbanas, pero con un añadido identitario. En total, se han repintado una veintena de pasos de peatones distribuidos en zonas escolares, cruces de alto tránsito y puntos comerciales del casco urbano. Los trabajos se han realizado en horario nocturno y en días de baja afluencia para minimizar molestias, según ha informado el propio Ayuntamiento.
Pero la clave de esta actuación está en el color elegido. El morado, poco habitual en este tipo de señalización, no es arbitrario: es un guiño directo al producto agrícola más característico del municipio, la histórica zanahoria morá, que se cultiva en esta zona desde hace más de trece siglos. En palabras del Ayuntamiento, se trata de «un gesto sencillo, pero cargado de simbolismo» que marca el inicio de una nueva etapa para el entorno urbano del municipio.
Se trata de «un gesto sencillo, pero cargado de simbolismo», explican desde el Ayuntamiento
La zanahoria morá
La zanahoria morá no es solo un cultivo tradicional, es una seña de identidad local que ha dado nombre incluso a la fiesta más importante del calendario cueveño. Cada mes de diciembre, el municipio celebra la Fiesta de la Zanahoria Morá, declarada de Singularidad Turística Provincial. Durante esa jornada, el pueblo recibe miles de visitantes que recorren sus calles, participan en actividades y disfrutan de platos típicos elaborados con esta hortaliza única. La producción anual supera los 300.000 kilos, y su comercialización se extiende a distintos puntos de la provincia.
Ahora, el color de esa zanahoria empieza a formar parte del paisaje cotidiano del pueblo. No solo en la fiesta, sino en su callejero. La medida refuerza la marca 'Villa Morada', que el Ayuntamiento ha venido utilizando en los últimos años para proyectar su identidad hacia el exterior. Esta primera fase de pintura se plantea como el inicio de un plan a largo plazo, que incluirá mejoras en la señalización vertical, alumbrado y otros elementos del mobiliario urbano.
Desde el punto de vista técnico, los pasos de peatones cumplen la función principal de mejorar la seguridad vial, pero también permiten transmitir mensajes simbólicos cuando su diseño se integra con la cultura local. En Cuevas Bajas, ese mensaje es claro: un pueblo pequeño puede destacar sin perder su esencia, si sabe cuidar sus raíces.
Este tipo de actuaciones, poco frecuentes en municipios de tamaño reducido, sirven además para reforzar el sentimiento de pertenencia, crear cohesión vecinal y, por qué no, convertirse en un nuevo reclamo para quienes visitan la localidad. En un momento donde la personalización del espacio público gana terreno como forma de expresión comunitaria, Cuevas Bajas da un paso firme, literal y figurado, hacia una identidad visual que combina funcionalidad con tradición.
En adelante, no será extraño que visitantes y vecinos se detengan al cruzar la calle, no solo por respeto a la señal, sino por lo que representa. En Cuevas Bajas, cruzar un paso de cebra también es atravesar una historia que une lo cotidiano con lo singular.
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