Carlos Rojo: «Es una actividad compatible con la ganadería y lucha contra la desertificación»

Con respecto a la inclusión de proyectos fotovoltaicos en Málaga, el director general de Claner recalca que aporta beneficios para la zona. «Es una actividad plenamente compatible con la ganadería, y lucha contra la desertificación, favorece que el terreno entre en barbecho», explica Rojo, que asegura que prepara los suelos para futuros cultivos a los ocho o diez años, después de que finalice la vida útil de las placas instaladas. «Hay mucha labor didáctica y talleres para fomentar el desarrollo conjunto del medio, ese es el camino».

En cuanto a la proliferación de nuevos proyectos, Rojo afirma que deben integrarse en el paisaje «como algo natural», siempre en consonancia con el desarrollo del medio rural, aunque apoya una regulación de los proyectos. «Entendemos que una concentración masiva de plantas debe tener una ordenación».

En este sentido, explica que hay dos tipos de plantas fotovoltaicas: por una parte, los grandes proyectos, que generan energía que es subida a media tensión y luego a alta tensión para distribuirla a los centros de consumo donde haya demanda, y junto a las placas de autoconsumo en hogares y edificios, un ámbito que continuará potenciándose en los próximos años. «Es una revolución, vamos a ver muchos cambios. El balance es positivo, es una energía limpia que no genera emisiones a la atmósfera», indica.

A 31 de diciembre de 2020, la potencia en instalaciones renovables era de 940,85 MW en Málaga, habiéndose multiplicado por cinco en los últimos quince años, según recoge el informe de infraestructuras energéticas de la Agencia Andaluza de la Energía. La potencia fotovoltaica en la provincia era de 47,95 MW en 2011, una cifra que ha aumentado hasta los 161,55 MW en 2020. El primer hito de las renovables fue el importante crecimiento eólico en los años 2003 a 2013. Málaga cuenta actualmente con 25 parques eólicos.