El Burgo tributa un homenaje al Comandante Benítez, nombrado hijo predilecto

La Corporación Municipal de El Burgo, reunida en pleno extraordinario, lo nombró esta semana hijo predilecto, nombramiento que ha tenido lugar por iniciativa de la Asociación Cultural Turobriga. Con este motivo se le va a rendir un homenaje a las 12 de la mañana en el monolito que se le ha levantado en la Plaza de Debajo de la localidad serrana.

Julio Benítez Benítez nació en El Burgo en agosto de 1878, ingresó en la Academia Militar, y llevó una vida activa y azarosa, según relata José María Gómez Teruel, de la revista Turobriga. Recién salido de la Academia estuvo en la guerra de Cuba e intervinio en múltiples combates, siendo herido en varias ocasiones. Ganó la Cruz de María Cristina, y de regreso a España tuvo diferentes destinos, entre ellos Santander, Barcelona, Madrid, Málaga, Ronda, Sevilla y finalmente Marruecos.

El año 1921, cuando se produce la sublevación de los rifeños, está destinado en el Regimiento de Ceriñola. En julio tomó el mando de la posición de Igueriben, donde asediado, sin alimentos, agua ni municiones, y ante la imposibilidad de ayudarle el General Silvestre desde Annual por medio de un heliógrafo, éste le pidió que se rindiera. Sin embargo, el Comandante Benítez le contestó una frase que ya es célebre : Los de Igueriben mueren pero no se rinden, nos quedan doce balas de cañón, cuéntenlas y al último disparo hagan fuego sobre la posición pues estaremos revueltos con los moros.

Murieron casi todos sus defensores, entre ellos el Comandante Benitez, que recibió un disparo en la cabeza y otro en el pecho. Una pintura de Muñoz Degrain en el Ayuntamiento de Málaga representa este momento. Por este hecho, se le concedió su ascenso a Teniente Coronel y la condecoración más alta del Ejército, La Cruz Laureada de San Fernando.