El príncipe Enrique asiste en Londres al juicio de su recurso contra la reducción de su protección oficial

El benjamín de Carlos III llegó al recinto una hora antes del inicio de la vista el martes por la mañana, pasó el control de seguridad del anexo lateral del edificio y entró en la sala 73 guiado por Jenny Afia, socia en Schillings, la firma legal que le representa en Reino Unido. Se sentó, con su abogada a su vera, en la última de las tres filas reservadas para los representantes legales, a corta distancia de dos guardaespaldas y de miembros de la prensa y el público.

El príncipe siguió atento las casi cinco horas de sesión, con un descanso para el almuerzo, de la primera de dos jornadas convocadas en esta fase del procedimiento. Tomó notas en un cuaderno y revisó su móvil en ocasiones. También intercambió comentarios y mensajes con Afia a lo largo del juicio, que dirige el presidente del Tribunal de Apelaciones Civiles, sir Geoffrey Vox, junto con dos lores jueces.

Gran parte de la sesión del miércoles se celebrará a puerta cerrada, sin periodistas ni la veintena de ciudadanos que accedieron a la sesión inaugural atraídos, en algunos casos, por el magnetismo de la familia real. El alto magistrado Vox ha aceptado a regañadientes la excepcional medida, que ambas partes acordaron a fin de respetar la confidencialidad de datos revelados en distintos alegatos sobre la gestión de amenazas, riesgos y mecanismos de protección que el Gobierno dispensa al duque, a otros familiares o a celebridades de visita en Gran Bretaña. Enrique se queja en su testimonio escrito de «disparidad injustificada» en la protección que el Gobierno garantiza a personalidades no identificadas, en referencia quizá a su desprestigiado tío y hermano del rey, el príncipe Andrés.

La letrada Shaheed Fatima abrió las diligencias en nombre del duque de Sussex y destacó «errores» de fondo en la sentencia del Alto Tribunal, de febrero de 2024, que dio la razón al Ejecutivo. La disputa se deriva de la decisión del comité independiente que redujo el nivel de protección oficial, con cargo al contribuyente, que recibe desde que se apartó de la Casa Real y pasó a ser un «ciudadano privado» residente en Norteamérica, en 2020. Enrique considera «ilegal» e «irracional» el proceso de decisión del comité, que entonces integraban los secretarios de su abuela, la difunta reina Isabel, y de su padre, además de funcionarios gubernamentales. El sistema acordado se diseña «a medida» y en función a las circunstancias de cada visita, que se han de notificar 28 días antes.

Fatima expuso que el «llamado proceso a medida» únicamente se aplica a su famoso y notorio cliente, quien lo rechaza de cuajo. «No acepta que 'a medida' signifique mejor. Significa que le han identificado para recibir un trato diferente, injustificado e inferior», argumentó ante el panel de jueces, cuyo veredicto no se espera esta semana.

El duque llegó a Londres el mismo día que su padre y madrastra, la reina Camila, volaron a Roma en viaje de Estado a Italia, donde este miércoles celebrarán además el 20 aniversario de su boda. Parece también descartado el reencuentro con su hermano, Guillermo, quien está de vacaciones con su familia. Mientras, la duquesa de Sussex estrenó este martes el podcast, 'Confessions of a Female Founder', abriendo un nuevo frente en su faceta de 'influencer' que ha relanzado con la serie 'With love', emitida en la plataforma Netflix.