Carlos y Camilla celebran en Italia su 20 aniversario de boda

La pareja real comenzó el lunes su visita de Estado a Italia, que durará cuatro días, durante la que celebrarán su aniversario de bodas. De hecho, ya han comenzado a conmemorarlo con la distribución de unas instantáneas realizadas por el fotógrafo Chris Jackson en la Villa Wollonsky. «Al comenzar nuestra primera visita a Italia como Reyes, estamos deseando celebrar nuestro vigésimo aniversario de boda en un lugar tan especial, ¡y con gente tan maravillosa!», han expresado.

Este miércoles está previsto que se celebre una reunión entre el Rey y la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en Villa Pamphilj. Por su parte, la reina visitará un colegio con el British Council. Ya por la tarde, Carlos III se dirigirá al Parlamento en una sesión conjunta, además de participar en una mesa redonda con empresarios y con los ministros de Asuntos Exteriores de Italia y Reino Unido. El día culminará con la cena Estado en el Quirinale. Una apretada agenda en la que a buen seguro no faltarán guiños a los 20 años de matrimonio de los Reyes.

Empezando la década de 1970, unos jóvenes Carlos y Camilla se encontraron por primera vez en un partido de polo en Windsor Great Park. «¿Sabía que mi bisabuela fue amante de su tatarabuelo?», le dijo Camilla al príncipe en referencia a los años en los que el rey Eduardo VII y Alice Keppel, sus antepasados, habían sido amantes. Poco podían imaginar en aquel momento que vivirían un amor furtivo durante años. Para el hijo de la reina Isabel II fue un auténtico flechazo. Con intereses y aficiones comunes, ambos congeniaron inmediatamente y comenzaron un romance que se vio interrumpido cuando el príncipe de Gales se embarcó durante ocho meses con la Royal Navy.

Durante su ausencia, la relación se enfrió y Camilla retomó su noviazgo con Andrew Parker Bolws, que se convertiría en su marido y padre de sus hijos. Pero la principal razón por la que no prosperó la unión de Carlos y Camilla fue el pasado amoroso de ella, que no cuadraba con las estrictas normas de decoro de la monarquía británica para con las mujeres.

En marzo de 1973, Camilla anunció su compromiso con Andrew. La boda se celebró en julio de ese mismo año para sorpresa y decepción de Carlos, que pensaba que su idilio sería para siempre. Carlos inició entonces una relación con Diana Spencer, una joven de 19 años sin pasado conocido. El 29 de julio de 1981 llegaba la gran boda del heredero al trono británico. Un enlace de cuento en la Catedral de San Pablo que fue seguido por millones de personas en todo el mundo.

A pesar de sus respectivos matrimonios, la amistad entre Carlos y Camilla se mantuvo a lo largo de los años y, como el roce hace el cariño, reanudaron su relación amorosa en 1986, cuando Carlos ya consideraba que su matrimonio con Diana estaba «irreparablemente roto», aunque tanto él como Camilla seguían casados. Su relación extramatrimonial se convirtió en un escándalo público en 1992, cuando se filtraron grabaciones de conversaciones íntimas entre ambos. Unas revelaciones que dañaron la imagen del príncipe de Gales y que provocaron una profunda crisis de reputación a la monarquía británica.

En 1994, durante una entrevista televisiva, el príncipe Carlos admitió haber sido infiel a Diana, confesando su relación con Camilla. Esta revelación fue un hito, ya que era la primera vez que un miembro de la familia real confesaba algo similar. Diana, por su parte, también reconoció, en 1995, un años después, haber sido infiel a Carlos con James Hewitt. Estas declaraciones evidenciaron la ruptura definitiva del matrimonio que se hizo oficial en 1996 con su divorcio.

La trágica muerte de Diana en un accidente automovilístico en 1997 en París conmocionó al mundo y puso en pausa cualquier intento de Carlos y Camilla por oficializar su relación. Sin embargo, con el tiempo, comenzaron a aparecer juntos en eventos públicos, y la aceptación de su relación por parte del público y la familia real fue en aumento.

Finalmente, más de tres décadas después de aquel primer encuentro, el 9 de abril de 2005, Carlos y Camilla tenían su final feliz casándose en una ceremonia civil en el Ayuntamiento de Windsor, seguida de una bendición religiosa en la Capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor. La reina Isabel II no asistió a la ceremonia civil, pero sí a la bendición religiosa, mostrando su apoyo a la unión.

De hecho, en 2022, durante la celebración de su Jubileo de Platino, la reina Isabel II expresó su deseo de que Camilla fuera reconocida como reina consorte cuando Carlos ascendiera al trono. Este gesto simbolizó la plena aceptación de Camilla en la familia real y su papel en la monarquía británica. Un rol que ha venido desempeñando sin tacha desde el fallecimiento de Isabel II y que se ha visto incrementado tras el diagnóstico de cáncer del rey Carlos a principios de 2024.

Este miércoles, la pareja celebra 20 años de un 'sí, quiero' que fue mucho más que una mera unión formal, supuso el triunfo de una historia de amor y un cambio en las estrictas normas de la monarquía.