Pablo Motos desvela sus coqueteos con las drogas a Bertín Osborne

Pablo Motos habló de todo sin tapujos y se abrió por completo a los telespectadores, que pudieron conocer algo más al popular presentador del Hormiguero. Motos narró como se crió en una familia muy humilde a la que desde muy pequeño ayudaba vendiendo revistas de ganchillo y acompañando a su padre en las ventas a puerta fría para hacer de señuelo, siendo "el niño que da pena".

Con la adolescencia Pablo Motos comenzó a juntarse con malas compañías, lo que le llevó a visitar la comisaría. "Nos cogió la policía, hubo un interrogatorio y nos salió bien porque nos soltaron, habíamos hecho una gamberrada en una discoteca. Nos pillaron y ese día decidí que ya no más, porque podía acabar fatal", relató Motos. Una época oscura del presentador que llegó a coquetear con las drogas "cuando era DJ", eso sí, tan sólo fue en una ocasión y dijo "ya no más".

Sobre su trabajo, Pablo Motos se autodefinió como un jefe nada "fácil". "Soy muy duro, porque solo quiero lo mejor. Por otro lado me han visto herirme y bajo a la arena. No tengo facilidad en nada y me esfuerzo mucho en todo, pero detectar a gente con talento la veo debajo del agua", señaló Motos que, precisamente, conoció a su mujer en el programa, donde ella trabaja como coordinadora de guiones.

Por último, Pablo Motos se detuvo sobre los problemas que ha tenido en cuestiones estéticas. Y es que tras la primera temporada del Hormiguero, el presentador se sometió a varios retoques estéticos, una decisión de la que admitió estar arrepentido. "He hecho el idiota", dijo Motos, para explicar poco después cómo operó de la vista por un ojo vago a pesar de la advertencia del médico de que se arriesgaba a ver doble y se cambió toda la dentadura en un solo día. También probó el botox y lo dejaron como a un "chino".