A Vargas Llosa le va la fiesta
Como agradecimiento a su defensa de la fiesta, David Galván le brindó el primero de la tarde. El escritor peruano fue el más persistente en pedir la oreja para unos diestros que dieron la talla
ROSA VILLACASTÍN
Miércoles, 13 de agosto 2014, 01:39
Mucho se habla del declive de la fiesta de los toros, del desinterés de los más jóvenes, cuando lo cierto es que parte del problema ... reside, creo yo, en que a este sector como a otros muchos les ha afectado una crisis que se ha llevado por delante las ilusiones, el presente y el futuro de buena parte de los aficionados a todo tipo de entretenimientos, pero sobre todo a aquellos que están relacionados con el mundo de la cultura.
En el caso de la fiesta el alto precio de las entradas y la falta de bravura de los toros, es lo que ha motivado que muchos aficionados prefieran quedarse en casa antes que desplazarse a la plaza.
No es el caso del escritor peruano Mario Vargas Llosa, gran aficionado a la música, al fútbol, a la gastronomía, que lo mismo escribe o diserta de política internacional o nacional que se pronuncia abiertamente a favor de los toros. De ahí que cuando se encuentra de vacaciones en Marbella -lo que hace cada verano, para perder los kilos que gana en invierno-, no se pierda una buena corrida. La de este pasado domingo lo fue, ya que cumplió con las expectativas de un público tan entregado que acabó sacando a hombros a los diestros David Galván, Curro Díaz, y Manuel Jesús 'El Cid'. Un público, el de la plaza de toros marbellí, de lo más variopinto, con mayoría de turistas españoles y árabes.
Como agradecimiento a su defensa de la fiesta, David Galván le brindó el primero de la tarde. El segundo se lo brindaría al maestro Jaime Ostos, quien no dudó en darle un par de buenos consejos, que siempre son de agradecer, sobre todo si vienen de un torero que de lo suyo sabe mucho, por más que el tiempo haya difuminado su imagen de triunfador para dejarnos otra menos gratificante, la de polemista en los programas del corazón.
Vargas Llosa, que se encontraba con Patricia, su mujer, disfrutó de lo lindo, fue el más persistente en pedir la oreja para unos diestros que dieron la talla y unas reses de la ganadería de Cayetano Muñoz que también lo hicieron.
El próximo viernes, el escritor peruano recibirá de manos de la alcaldesa, Ángeles Muñoz, la más alta distinción que le puede dar una ciudad, la de Hijo adoptivo de Marbella. Un acto emotivo en el que la concejala de Cultura del Ayuntamiento marbellí, Carmen Díaz, hará una semblanza de la trayectoria profesional y personal del flamante Premio Nobel en la que destacará la relación del escritor con una ciudad que siempre le ha acogido con respeto y cariño.
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