Benito Zambrano salta la valla de Melilla para mostrar el drama al otro lado de la frontera
'El salto ', la película más «necesaria» del director sevillano desde 'Solas'
Se pregunta si el perdón tiene fecha de caducidad. Nunca llegó cuando tenía que llegar. O al menos, eso es lo que considera Benito Zambrano ( ... Lebrija, 1965) al preguntarle si piensa que África es el gran continente olvidado. Más de doce kilómetros de largo y seis de alto de alambres de espinos, cuchillas y verjas de acero han convertido un polígono industrial de Valdemoro en una gran barrera fronteriza idéntica a la de Melilla. El director pensó que no había otra forma de mostrar el drama del otro lado de la frontera que saltando la valla. «Hacía tiempo que quería contar la tragedia de la inmigración, sobre todo, el sufrimiento que supone venir a Europa para los subsaharianos, lo que significa esa odisea», asume el director horas antes de estrenar su nueva película. Una fecha redonda. Eso es lo que Zambrano pronuncia cuando recuerda que hace justo 25 años desde que 'Solas' conquistó al público, un filme icónico que se hizo con cinco premios Goya y once nominaciones al mismo galardón. Esta visita del sevillano a Málaga no se justifica por su pasión por el sur, sino por la presentación de 'El Salto', estrenada este domingo en la Sección Oficial Fuera de Concurso del Festival de Málaga.
«África es un continente al que deberíamos de pedir perdón por todo el daño que le hicimos cuando fuimos a robarles, secuestrarles y humillarles como un mundo rico que se aprovechó de la esclavitud», considera el cineasta. Un guion escrito por Flora González sobre este tema llegó a sus manos después de que un productor comprara los derechos y lograr que se financiara esta película. Cuando él llegó al proyecto fue para hacer la última parte del viaje, según cuenta. En la primera lectura, el deseo por contar la tragedia llegó para quedarse, ya que siempre ha tenido presente que «ser negro es sinónimo de ser invisible a ojos de la sociedad, después de que se les vendió como animales hace apenas 500 años», añade, destacando que esta película es la más «necesaria» que ha hecho desde 'Solas'.
El director considera que la situación en el pueblo africano ha cambiado, pero que eso no significa que haya mejorado. «Está claro que nos estamos aprovechando de ese continente y encima ahora le estamos poniendo límites cuando ellos llegaron antes que nosotros a Europa», considera. Para Zambrano, a pesar de que se han hecho filmes que tratan este tema, siempre harán falta más porque siempre será necesario hacer películas sobre la dificultad que viven los inmigrantes. Sin embargo, en este escenario, le surge la inquietud de cómo recibirá el espectador este largometraje, ya que, «las películas se hacen en función de cómo se hacen con el público».
«No es un capricho hacer todo un viaje a punto de morir para venir a Europa», asevera el cineasta
Benito Zambrano
Director de 'El Salto'
El director, quien siente que es del norte de África, más que del sur de España, tiene claro que el fin de esta película es que sea útil y sirva de denuncia para concienciar sobre que aquellos que saltan la valla son personas humanas con sueños, aspiraciones y ansias de libertad. «No es un capricho hacer todo un viaje a punto de morir para venir a Europa, los ricos viajamos por capricho, pero los pobres lo hacen por necesidad. Este largometraje de más de tres millones de presupuesto para diez días de rodaje en la melillense Valdemoro y en el Monte Gurugú de Marruecos en Pelayos de la Presa, cuenta la historia de Ibrahim, quien llegó a llegó a España y tiempo después fue deportado a su país por no tener el piso de residencia. A través de los ojos del director se relata cómo la hazaña física de saltar la valla no está al alcance de cualquiera.
El reparto
La parte más complicada del proceso de elaboración de 'El Salto' ha sido encontrar actores y actrices que dieran vida a los personajes que había escritos sobre el papel. «No hay tantos actores negros en este oásis porque no han podido desarrollarse y en el fondo tenemos una inmigración reciente», explica. En este sentido, señala que a este reto se suma la falta de aparición de personajes de color en las pantallas españolas, así como encontrar a actores francófonos y personas especialistas en saltar la valla. «Lo más duro del rodaje fueron cinco noches seguidas para darle continuidad en el momento del salto», recuerda. Entre su colección de reconocimientos a lo largo de su trayectoria profesional, la última pregunta a Zambrano llega sin avisar: «¿Puede ser 'El Salto' su siguiente película en hacer el paseo triunfal por los Premios Goya?». Su respuesta es contundente: «Queda tan lejos que no es lo que me preocupa, lo que sí quiero es que sea una película candidata de la gente».
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