El Gobierno pide a Competencia que estudie por qué la banca no paga por los depósitos

Es decir, que analice las causas por las que las grandes entidades siguen sin trasladar la subida de los tipos de interés al ahorro de sus clientes, como sí han hecho ya con mayor intensidad encareciendo los préstamos.

Tras una reunión con las patronales del sector y distintas asociaciones de consumidores, Calviño dejó claro que irán un paso más allá y, tras ese análisis, valorarán «si es necesario algún cambio legislativo para poder actuar en este ámbito».

Hace apenas unos días, la presidenta de la CNMC, Cani Fernández, ya expresó la necesidad de contar con herramientas para investigar una posible situación de colusión tácita. Es decir, que los bancos se hayan coordinado de forma indirecta, a través de su propio comportamiento en el mercado.

«Me cuesta mucho pensar que no haya un banco que quiera ganar clientes o incrementar su cuota de mercado, salvo que uno esté plácidamente viendo que los demás tampoco», aseguraba.

La banca argumenta que el actual exceso de liquidez frena esa posibilidad. Y defiende que ya ofrecen alternativas a sus clientes, como los fondos de inversión que, a su vez, generan mayores ingresos por comisiones. Pero desde la Asociación de Usuarios Financieros (Asufin)critican que «el perfil mayoritario en nuestro país quiere productos con capital garantizado», algo que no ocurre con los fondos.

Para malestar del sector, la polémica en los depósitos se ha colado en un encuentro que en principio estaba destinado a analizar el nuevo Código de Buenas Prácticas para aliviar la carga de deuda de los hipotecados a tipo variable, que han visto como el fuerte repunte del euríbor, que cerrará junio por encima del 4%, ha encarecido de forma notable sus cuotas.

El Ministerio de Economía ha propuesto a las entidades un plan para establecer una prórroga automática de tres años en las hipotecas a tipo variable destinadas a la adquisición de primera vivienda, lo que permitiría una rebaja en las cuotas. Pero Calviño se ha dado de bruces con la firme oposición del Banco de España y de los propios bancos a esta posibilidad. Entre otros motivos, porque el alargamiento de los plazos implicaría también alargar el plazo de endeudamiento de los hogares. «Lo consideran prematuro», detalló la vicepresidenta.

Desde las patronales llevan semanas defendiendo que «no es el momento de tocar el código», ante la incertidumbre que podría suponer para los deudores. Así que, ante la reticencia a modificar el actual código para ampliar la base de beneficiarios, ambas partes se han citado en septiembre para volver a analizar la situación. Pero hay líneas rojas que el organismo comandado por Pablo Hernández de Cos no está dispuesto a cruzar.

De momento, en los cinco meses que han pasado desde la puesta en marcha del plan, las entidades han recibido 33.000 solicitudes de adhesión a las ayudas, de las que 19.000 corresponden al antiguo código.

La cifra ha evolucionado al alza desde las 9.000 que se contabilizaban en marzo, pero siguen muy lejos del millón de familias que en un principio se apuntó como posibles beneficiarias de estas medidas, que incluyen la congelación de cuotas o la extensión de los vencimientos, así como la conversión gratuita de los préstamos de tipo variable a tipo fijo.

«Los datos son muy provisionales, porque un 40% de las solicitudes está aún en tramitación», insistió Calviño. El propio Banco de España aludía recientemente a que muchos hogares están tirando del ahorro generado en la pandemia para amortizar sus préstamos. En estos cinco meses, según detalló Calviño, se han refinanciado 29.000 hipotecas, un 139% más que en el mismo periodo del año anterior. Todo fuera del código de buenas prácticas que el Ejecutivo, ante la resistencia del sector, tendrá muy difícil modificar.