Davidovich se queda sin luz en Wimbledon

Son los gajes de la competición. En Wimbledon, muy escrupulosos con la indumentaria (riguroso blanco en todas las prendas), no se juega más allá de las 23.00 horas, por un acuerdo con los vecinos del barrio, pero esto sólo es posible en las dos pistas centrales. En el resto, no hay luz para pelotear mucho más allá de las 22.20.

A la tensión de por sí del partido, a los dos tenistas se les sumó las de acabar en hora. Los choques se detienen al final de un set si no quedan muchos minutos para el tope, y esta circunstancia dejó solamente en juego (entre los campos exteriores) este duelo, que se movió a la pista 6, ya con el programa acabado, para ganar tiempo.

A Van de Zandschulp, que vio aplazado su choque de primera ronda y va a encadenar cuatro días jugando, no le hizo gracia la decisión, y reclamó al juez de pista que había luz aún para seguir, mientras Davidovich había recogido ya sus pertenencias y salía de la instalación. El duelo se continuará en segundo turno (no antes de las 13.30) de este jueves en la misma pista, la 6, como dicta la norma.

Fue muy superior Davidovich en el arranque, en un primer set que casi cierra en menos de veinte minutos. Solamente atrancado en el juego final, invirtió algo más de esfuerzo ante un Van de Zandschulp hasta entonces incómodo, con problemas para flexionar y sin un plan claro.

Davidovich dominaba por 3-1 en el cara a cara, con muchas curiosidades, porque ya ganó en otra segunda ronda de Wimbledon, en 2023 (por tres sets a uno), y en cinco mangas en Roland Garros en 2021, pero perdió en la hierba de Queen's en 2023. Pero nunca se sabe a ciencia cierta a qué atenerse con el tulipán, que adelantó el fin de carrera de Nadal en Málaga y sorprendió a Alcaraz en el último US Open, pese a que no tiene títulos en el circuito (dos finales perdidas en Munich), pero fue 22º en agosto de 2023.

Su palanca de brazos para la derecha es por momentos mortífera, y su saque. De hecho, en el segundo set fue a más. Comenzó con dudas, con un 15-40 en su turno al saque, y también sufrió en el noveno juego, salvando otras cuatro, siempre apoyado en su primer servicio, porque su porcentaje con segundos era terrible.

Como luego Van de Zandschulp, que ya estaba más serio, aprovechó el décimo juego para el quiebre y llevarse el segundo set, llegó cierta desesperación de Davidovich, que se quejaba de verse deslumbrado por el sol bajo en un par de puntos en su lado de la pista y consciente de lo que poco que había necesitado su rival para igualar el partido, y de esas seis balas desperdiciadas antes.

La cosa siguió incluso peor para Davidovich (fue atendido en su hombro derecho por un fisio) en el arranque del tercer set, en el que el neerlandés fue a más, pero llegó la reacción del malagueño para dos 'breaks' seguidos que le dieron el dos a uno en el marcador, y el partido, que será reanudado este jueves, había dado un vuelco claro, con dominio del rinconero, pese a que se produjeron cuatro 'breaks' casi consecutivos en la cuarta manga. Van de Zandschulp, verdugo de Arnaldi en tres sets en la primera ronda, sigue vivo, y todavía no se puede descartar una sorpresa.