La pandemia muestra las cloacas del tenis

«La situación actual está descubriendo lo mal gestionada que estaba la ATP», afirma sin rodeos Gómez Herrera, con 29 años y que ha logrado sus mejores resultados como doblista, casi siempre junto a Marko Djokovic, ya retirado y hermano de Novak, el número uno mundial. Precisamente esta buena relación con la estrella le ha hecho ser más conocido (involuntariamente) de lo que denota su 'ranking', el 428º (aunque llegó a ser 268º en julio de 2018).

«La ATP debería mirar por todos, no sólo por los 'top 100' (la ubicación de otro malagueño, Alejandro Davidovich), y es donde creo que está el gran error –añade Gómez Herrera–. Porque, ¿qué es ganar dinero en el tenis? ¿El que no tiene preocupaciones económicas? Creo que al menos del 100º al 150º (del 'ranking') se puede vivir; del 150º al 250º no se pierde dinero, porque entras en las previas de los Grand Slam y puedas ingresar sólo con eso 10.000 dólares anules, pero no ganas salvo que juegues torneos interclubes o exhibiciones y, por debajo del 250º, salvo que seas alguien con mucha proyección y haya una multinacional con mucho dinero detrás, lo normal es que pierdas«.

La exposición fría, pero real, de Gómez Herrera, la comparte su paisano Adrián Menéndez. «Los tenistas somos autónomos. Como está cerrado el circuito no tenemos opción de ingresar ni de trabajar, con lo que el futuro es incierto. Creo que nuestra situación está dando mucho de qué hablar ahora. Estamos intentando tener más comunicación con las organizaciones (ATP e ITF). Tendría que haber un formato que nos proteja cara al futuro. El circuito es mundial y genera mucho dinero«, afirma el actual 264º, después de haber caído en los últimos meses tras varios años en el 'top 150'. Ganador de varios Challenger en su carrera, está confinado en Valldoreix (Barcelona), en una casa de su pareja.

En los últimos días ha sido pública una posición liderada por jugadores como Djokovic y otros 'top 100' para ayudar con un fondo, directamente proporcional al 'ranking', a tenistas entre el 100º y el 700º. «No me parece la idea más adecuada. No creo que tengan que ser compañeros los que me rescaten. Si lo quieren hacer a voluntad, me parece algo bonito, pero deberían ser las dos organizaciones las que no respalden y salven la situaciones. La ATP (responsable del circuito profesional y challengers) debería llegar a un acuerdo con la ITF (que organiza los Futures y los torneos júnior)«, argumenta Menéndez, y de hecho ya hay cantidades consensuadas y se pretende llegar entre todos los estamentos a cinco millones de euros para este fondo de ayuda.

Gómez Herrera lo tiene claro: «Si no hay jugadores, no hay tenis». «La ATP se aprovecha mucho de ello. Está viviendo su etapa dorada, con buena parte de los mejores jugadores de la historia (Djokovic, Federer, Nadal y Murray) y recibiendo mas ingresos que nunca. Se está llenando los bolsillos, pero antes no había la carga de información que hay ahora, y eso está jugando en su contra. Están viendo que los del 'top 100' quieren ayudar, a través de una asociación de tenistas, y ahora la ATP se cuelga la medalla», añade, y no niega que ha necesitado «ayuda de gente cercana«. »Vivo en una casa con mi novia y tengo que pagar un alquiler. Aportaba lo que podía en la academia donde entreno (la del Club de Tenis Puente Romano). Esta pandemia nos hace ser más conscientes de la vida que llevamos«, expone sin ambages.

«El problema es el tenis de segundo nivel, que no se ve apenas en la 'tele' y en el que no se gana dinero«, alude Gómez Herrera en relación a los torneos Challenger, que sólo se pueden seguir en 'streaming', en la web de la ATP, anque Eurosport hizo una apuesta con los que se organizan en España (Marbella, Madrid, Manacor...). Sin embargo, Gómez Herrera recuerda que no es tan grande el salto. En 2018 jugó la final en el Challenger de Santiago de Chile ante Cecchinato, meses después finalista de Roland Garros.

En todo caso, ambos malagueños son pesimistas cara a la posibilidad de que no se juegue más en este 2020. «Estamos viviendo una situación sin precedentes y especular nos puede salir más caro. Falta mucho hasta que se pueda decir si se va a jugar. Para hacer viable el Mutua Madrid Open, por ejemplo, se necesitan unos 500 trabajadores. Ahí está el punto de dificultad. Se juega con gente de todo el mundo y cada semana en un país y una ciudad diferente. Eso conlleva viajes y, si se controla la situación, será por países. Creo que con mucha suerte a principios de 2021 volvamos. Tengo claro que si el US Open (en septiembre) se cancela lo mejor sería ya no jugar este año», opina Gómez Herrera.

«Ojalá se pueda salvar el último cuarto del año. Por lo menos celebrar algún Grand Slam, aunque sea a puerta cerrada», se pronuncia Menéndez, que propone que con las ATP Finals de Londres se recaude para un fondo común para los tenistas más necesitados. Al menos trata de ser optimista ante la pandemia: «Es un periodo en el que hay que saber ver, dentro de la desgracia, el lado positivo, el tener más tiempo para reflexionar en los demás. Estar en casa cuarenta días no lo he podido experimentar en más de diez años de mi vida«, afirma, y admite que está aprovechando también este tiempo para aprender a cocinar con productos sanos, de kilómetro cero.