Keys reina por primera vez en Australia

Keys, que perdió la final del US Open en 2017 contra Sloane Stephens, se redimió de aquella derrota al vencer a una Sabalenka que aspiraba al triplete de títulos aquí, algo que solo han logrado Martina Hingis, Monica Seles, Steffi Graf, Evonne Goolagong y Margaret Court. Nadie ha ganado cuatro de forma consecutiva.

La estadounidense completó un torneo de ensueño en el que ha ganado a Elena Rybakina, Iga Swiatek y a Sabalenka en la final de este domingo, además de a Danielle Collins y Elina Svitolina. La bielorrusa partía como gran favorita, después de solo haber perdido un set en las dos semanas de torneo, pero se deshizo ante sus propios nervios y su desesperación.

En el primer set mostró un nivel paupérrimo al servicio, ganando apenas el 43 % de primeros servicios, y permitió que Keys, que había perdido sus últimos tres duelos con la bielorrusa, se metiera en el partido y confiase en que una victoria era posible. Consiguió colocarse con una ventaja de 5-1 y, pese a que tuvo un susto al final y Sabalenka recuperó dos juegos, otro mal servicio de la número uno entregó el primer parcial a la americana, que estaba a una manga de distancia del mayor título de su carrera deportiva.

Sabalenka, como es de esperar en las grandes campeonas, resurgió en el segundo parcial, ajustando el servicio y engrosando la nómina de golpes ganadores, pasó de meter cuatro en el primero a trece en el segundo. Con el partido decidiéndose en el tercer parcial, Keys contó con una ventaja clave. Ella servía primero.

Esto le permitió tener siempre la iniciativa y someter a Sabalenka a una presión constante. Si la bielorrusa volvía a errar con su servicio, le daría una ventaja a la estadounidense enorme. Los nervios hicieron que el nivel aumentara y que los riesgos bajaran. No hubo ni un solo punto de rotura en todo el set hasta el 5-6 final.

Keys, por segunda vez, restó para ganar el partido y se colocó con 15-40. El primer punto de partido se marchó al pasillo; en el segundo conectó una derecha invertida que le dio el triunfo. Mientras Keys celebraba su primer Grand Slam, Sabalenka hablaba para sí misma y se dirigía a su banquillo para destrozar la raqueta. Había dejado escapar su tercer Abierto de Australia consecutivo.

Mientras, Keys lloraba y se abrazaba a su gente. Siete años habían pasado desde la final perdida con Stephens en Nueva York y desde entonces no había vuelto a pisar otro partido por el título en Grand Slam. Hasta este domingo, cuando no solo volvió a la pelea por el trofeo, sino que se lo llevó a casa.

«He soñado con esto durante tanto tiempo, y he pensado siempre que no tendría otra oportunidad y que nunca podría volver a estar aquí. Mi equipo siempre creyó en mí incluso cuando ni yo creía en mí», dijo Keys entre lágrimas al recoger el trofeo de manos de Goolagong, ganadora en cuatro ocasiones en Australia.

Keys subirá hasta el séptimo puesto de la clasificación, el mejor de su carrera deportiva, mientras que Sabalenka sostendrá el número uno pero con una ventaja de menos de 200 puntos sobre Swiatek.