Davidovich barre a Mensik y sigue tocado por una varita

En la capital de Estados Unidos ya se deshizo con autoridad de dos 'top ten' (Fritz y Shelton), y su comienzo en el Masters 1.000 de Toronto parece igual de arrollador. Sólo hay que comprobar cómo ha superado a un Moutet en el mejor nivel de toda su trayectoria y de qué forma superó, en sólo hora y cuarto, al checo Jakub Mensik (17º) este viernes en dieciseisavos de final: 6-2 y 6-4.

Mensik, con sólo 19 años y ganador este año en el Masters 1.000 de Miami, encadenaba seis triunfos en rápida, pero Davidovich le ha tomado definitivamente la medida. Le remonto dos sets en enero en el Abierto de Australia y lo derrotó por la vía rápida en hierba en Eastbourne. Hablamos del mayor talento sub-20 mundial, pero la confianza del malagueño es máxima en este momento.

El choque vino precedido por una queja de Davidovich por el horario de la cita, abriendo la jornada (a las 11.00 locales, 17.00 en España), cuando el arranque del programa en el resto de pistas es a las 12.30. El malagueño jugó el jueves en el cuadro de dobles junto a Cobolli (derrota en un apurado 'super tie-break' de 13-15 ante los especialistas británicos Cash y Glasspool), pero no se recogió muy tarde, aunque alegó el madrugón para llegar a las instalaciones cuando se aloja a una hora de distancia. «No dije que no quería jugar a las 11.00, sino que las cosas tenían que cambiar», matizó después del partido en sala de prensa el jugador.

Su queja, difundida en todos sus perfiles en redes sociales y elevada a la ATP, no cundió e incluso se granjeó la crítica de otros jugadores como el inglés Daniel Evans, que le contestó: «Levántate y juega. El mundo se levanta y trabaja de 9 a 5 o incluso de 8 a 4. Patético». El caso es que no se le dio mal el horario, pero es un punto más de los muchos de fricción entre los tenistas y la organización del circuito, algunas también en torno a un Masters 1.000 canadiense (el año pasado en Montreal y este en Toronto) que se ha ampliado en el cuadro y en la duración (a diez días) y cuya final será un jueves.

Más allá de un juego inicial con dos 'aces' de Mensik, pronto se vio hacia dónde apuntaba el partido. Davidovich, al que le salía todo, con mucha agresividad en algunas derechas ganadoras, ganó cinco juegos seguidos y dejó ventilado ya el primer set ante un checo que se desesperaba, sin una estrategia clara y algún gesto esporádico de molestias en su hombro derecho, aunque no pidió nunca atención médica. Aunque el malagueño sólo metió el 35% de primeros, tuvo porcentajes muy altos con su primer y segundo servicio de puntos ganados (cercanos al 80%).

Davidovich cobró de nuevo ventaja en el arranque del segundo set (2-0), pero se le escapó en un juego pésimo al servicio, con una pizca de mala suerte en una volea de Mensik que tocó cinta. El parcial evolucionó hacia un 4-4 y quizás los mejores minutos del tenista de Prostejov, pero sin una consistencia que intimidara y lastrado por las dobles faltas.

Fue así como Davidovich se vio con un 0-40 que parecía ya ganador para lograr un 'break' definitivo, por más que sufriera algo para cerrar después. Eran dos clones en la pista (misma indumentaria y gorra negra de Adidas), pero alturas dispares (1,96 de Mensik) y prestaciones en polos opuestos. «Ha sido un partido intenso, aunque el resultado no lo demuestre», declaró Davidovich.

Ahora al pupilo de Félix Mantilla le espera este domingo en octavos el ruso Andrey Rublev (11º), que remontó ante el italiano Lorenzo Sonego (38º) . Ya le venció este año en dos sets en Barcelona, en tierra, pero perdió en los cinco duelos previos. En 2023 Davidovich ya fue semifinalista en Canadá, entonces en Montreal (su verdugo fue De Miñaur) y parece que quiere volver a llegar lejos y aspirar a esa primera corona que tanto se le resiste, aunque en un Masters 1.000 parecen palabras mayores, pese a las bajas de Sinner, Alcaraz, Draper y Djokovic en el torneo.