Davidovich sucumbe ante la mejor versión de Rublev

Entre Washington y Toronto han sido nueve partidos en dos semanas naturales, varios de ellos de una gran exigencia como los jugados ante Fritz, Shelton, De Miñaur, Moutet, Mensik o, este domingo, un Rublev desconocido, que ya dominaba por 5-1 a Davidovich en el cara a cara, pero que parecía movido por un afán de revancha de esa única derrota, en Barcelona, en el duelo más reciente.

Cuesta ver a un Rublev con tan pocos altibajos. No los hubo, ni gestos de desesperación excesivos. Sirvió con un increíble 90% de puntos ganados con primeros en todo el choque y no perdió su servicio en todo él. Finalista en 2024 en este torneo, entonces en Montreal, va camino de reeditar ese logro metido ya en cuartos.

La retirada de Davidovich no debe tampoco interpretarse como un mal partido, ni mucho menos. Sus dos primeros rozaron también la excelencia, con mucha confianza y aplomo, por momentos con mucha inteligencia, con un guión claro, pese a que Rublev sacara tan bien y le hiciera daño con restos directos al cuerpo. Sólo hubo un problema, que su saque no le permitió ir tan desahogado. La estadística fue abrumadora: jugó veinte puntos menos con su servicio en los dos larguísimos primeros periodos.

Eso le fue pesando al malagueño, que reincidió en adelantarse a los problemas con una negatividad que le acabó costando la derrota. La madurez y consistencia que ha alcanzado en su juego le permitió sostenerse en el partido pese a entrar peor que su rival. Afrontó una bola de 'break' bien salvada y luego dispuso de una favor en el quinto juego, que superó Rublev con dos ataques cruzados.

En el desempate se mantuvo el nivel de perfección de ambos, pero dos 'minibreaks' consecutivos decantaron la balanza, aunque Rublev, con un carácter más volcánico su cabe que Davidovich, no se descompuso. Amenazó pronto a su oponente con tres puntos de quiebre en el tercer juego del segundo set, en los que no tuvo grandes opciones, y llegó una fase de partido en la que el malagueño realmente pudo apuntillar. Ahí estuvo el partido. Pasó del 40-0 a dos puntos de 'break' en el 3-4, y tuvo un 0-30 en el siguiente juego al resto, acechando ya las bolas de victoria... que nunca llegaron.

Lo cierto es que el pupilo de Fernando Vicente se vino arriba, si es que podía mejorar más, y Davidovich, que dominaba en el marcador empezó a lamentarse de una forma que parecía impropia para el contexto de partido. Se intuía el desenlace: del 2-1 en el segundo 'tie break', a no sumar más puntos en el set y verse enseguida 'break' abajo en el set definitivo.

Entonces, con 3-0 y con puntos que denotaban que ni las piernas ni la cabeza le iban, optó por la retirada pensando en las posibilidades que se le ofrecen las próximas semanas de asentar su 'top 20' actual en el Masters 1.000 de Cincinnati y en el US Open. "Todo bien. Pero este calendario… madre mía. Ahora unos dias 'off' para recargar baterías", escribió después en su perfil en X.