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Hay rivales que se atragantan porque incluyen los patrones de juego más incómodos. No cabe duda de que Flavio Cobolli (35º) es como la kryptonita ... para Alejandro Davidovich (26º), con tres derrotas consecutivas ante el florentino, a cuál más dolorosa. Quizás por eso el malagueño se vio apeado del ATP 500 de Hamburgo en octavos de final, ante un cuadro para ilusionarse, y después de las buenas sensaciones del martes ante Gael Monfils.
Sin embargo, el partido de este miércoles, en una jornada ventosa y con la arena levantándose continuamente en la pista 2, fue otro muy distinto. Davidovich seguramente ya estaba avisado sobre lo que iba a tener al otro lado de la pista. Cobolli no está haciendo del todo una buena temporada, pero puntualmente ha tenido buenos picos de forma y confianza y fue así como ganó el ATP 250 de Bucarest, también en tierra, donde es más competitivo con su tenis de pasar siempre una bola más que su rival y tratar de dominar desde el fondo moviendo de lado a lado al oponente.
Es el perfil de rival que más incomoda a Davidovich, que no tuvo la paciencia suficiente, pese a ser teóricamente superior en muchos golpes, en especial en el saque y en la red. Impreciso en muchos momentos, se despidió del torneo con un 4-6 y 5-7, en una hora y 47 minutos, que deja mal sabor por situaciones de dominio más o menos claro en el marcador en las dos mangas.
En la primera las alternancias fueron constantes, sin fortaleza en el saque. Davidovich, que acabó con un paupérrimo 45% de puntos ganados con primeros, dispuso de 4-4 y 15-40 al resto, en lo que eran casi dos bolas de set. Había subido de nivel en su juego tras verse 'break' abajo al comienzo, pero Cobolli, extraordinariamente competitivo, se concentró en el saque y salió del apuro.
Una desconexión larga de Davidovich le dejó ya sin set, porque cuando servía para seguir vivo en el mismo con 4-5 sus errores no forzados fueron inexcusables, con una bola final más de un metro fuera sin verse nada presionado. No fue el único 'autobreak' del partido, pero sí el más inoportuno.
Regalado el primer set, en el segundo reaccionó y se cobró una clara ventaja de dos quiebres arriba hasta el 5-2 y saque. Se imponía una mayor calidad de Davidovich, con golpes más profundos, aunque una de las armas de Cobolli fueron los golpes cruzados y angulados. Sin embargo, llegado a este punto, hubo cierto relajo de Fokina, de forma que Cobolli fue poco a poco anulando la ventaja sin dar por cerrado ese set.
Llegó a tener 30-0 y 5-4 con su saque Davidovich, pero se las veía con su kryptonita. Hay que recordar aquel increíble 6-2 en el 'tie break' de la tercera manga en octavos de Washington en 2024, cuando dilapidó cinco bolas de partido, cuatro seguidas y varios puntos con su saque. O la derrota en Viena en octubre. Tres 'muertes súbitas' jugadas ante el italiano, con mucho más apoyo de la grada este miércoles, y todas perdidas.
La única buena nueva para el rinconero es que podrá viajar pronto a París y tomar contacto con las pistas para preparar Roland Garros. Este jueves se sortea el cuadro final, en el que estará entre los 32 cabezas de serie, lo que concede el privilegio de esquivar a los rivales más duros en las dos primeras rondas del cuadro.
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