La bonita historia de amor de Tete, entrenador del Málaga Ciudad Redonda

«Para mí Lourdes lo es todo, es el motor de mi vida. No me imagino una vida sin ella», expresó Tete. «Es mi mejor amigo, mi confidente, mi amor, mi amante, mi consejero...», dijo ella. Se conocieron en una discoteca cuando apenas eran unos adolescentes. Él quedó prendado, aunque ella, según cuenta el técnico de una forma divertida y con la perspectiva del tiempo, no le echó cuenta en un primer momento. Su talento y su proyección le llevaron a volar para desarrollarse como jugador, primero en Valencia y después en Navarra y Benicarló, aunque la fuerza del amor lo llevó hasta Antequera para estar cerca de la mujer que ama. Tete ha sido uno de los jugadores más brillantes que ha dado Málaga, si no el que más.

El resto es historia. Se retiró aquí y se formó para ser entrenador y también profesor de Religión. Siempre, desde el retiro, ha compaginado los banquillos (primero como segundo de Moli y después como primer entrenador del cuadro malagueño) con la docencia, una profesión que comparte con Lourdes, que es profesora de Educación Física en un 'cole' de Primaria. Sus hijas, Judith y María, también son protagonistas en este programa.

Volvieron a casarse y a pasar por todo el proceso. Incluso por la pedida de mano. Esta, la segunda, fue mucho más espectacular que la primera. Entonces, hace 25 años, ella se fue al baño y él le escondió un anillo en el plato, durante una cena. Canal Sur sorprendió a Lourdes en su casa para contarle que le iban a acompañar en el día de sus bodas de plata, sin ella saber nada. Una limusina los recogió para llevarlos hasta el escenario de la nueva pedida: una terraza con vistas a la Catedral. «Esto sí que es un buen pedrusco», dijo ella cuando vio su nuevo anillo, con Tete con la rodilla clavada en el suelo.

No obstante, no se trata de la primera vez que Tete y Lourdes salen en esta cadena. Participaron, un poco antes de casarse, en el programa 'Números rojos' que presentaba Agustín Bravo. Gracias a este concurso consiguieron dinero para dar la entrada de la casa en la que hoy residen. Además, contaron con una sorpresa especial durante sus bodas de plata: acudieron quienes pusieron banda sonora a una de las épocas más dulces de su vida, Andy y Lucas. Sin duda, fue una experiencia religiosa para el técnico del Málaga Ciudad Redonda y también para el amor de su vida.