El Europeo de remo de octubre marcará el regreso de Natalia de Miguel

Incluso, De Miguel contaba con un plan B para evitar posibles frustraciones tanto suyas como de su compañera sevillana si finalmente Tokio se borraba de su horizonte. Esta segunda meta era el Mundial de este mes de agosto y que, de nuevo, también fue cancelado. Tras pasar el confinamiento a caballo entre Málaga y Sevilla y poder retomar ya sus entrenamientos en el agua desde la primera fase de la desescalada, ha llegado finalmente la primera gran cita para la malagueña.

La Federación Mundial de Remo confirmó este sábado que, siguiendo con su propio protocolo interno, las pautas de la Organización Mundial de la Salud y, contando con el visto bueno del comité de organización de la prueba, sí podrá realizarse el Europeo absoluto. Este se celebrará del 9 al 11 de octubre en la ciudad polaca de Poznan, localización habitual del calendario internacional de este deporte. Se venía trabajando en el desarrollo de este evento desde hacía meses, por lo que, ya desde su vuelta a la actividad, De Miguel focalizó todos sus esfuerzos en la preparación para esta prueba.

Ni ella ni Laó han dejado de entrenarse durante el verano, más allá de algún fin de semana libre. De hecho, actualmente ambas trabajan juntas en el Centro de Alto Rendimiento de Sevilla, donde continuarán al menos dos semanas más de intensa preparación con entrenamientos dobles. La pareja de internacionales podría trasladarse después a Málaga para concentrarse otras dos semanas aquí. y en función de la evolución de la pandemia, intentarán ultimar algunos detalles también en el embalse de Banyoles (Girona), lugar de preparación del equipo nacional. «Se estaba haciendo dura la cosa, aunque ahora, con la decisión sobre el Europeo, a mí al menos me ayuda mucho. En mi último entrenamiento ni siquera noté la sensación de cansancio de otros días», explica la malagueña sobre el hecho de volver a ejercitarse con unos objetivos fijados. «Te da mucha motivación, porque entrenarse tanto, tres veces al día y tantas horas de 'cardio'... Se estaba haciendo muy pesado», concluye.

Esta cita continental será la segunda a nivel absoluto a la que se enfrente De Miguel. Ya debutó el pasado año, con Laó, en Lucerna (Suiza), donde concluyeron en un meritorio décimo puesto. Será la primera gran prueba de fuego para medir el nivel de esta dupla española tras el confinamiento. Eso sí, para cumplir con las medidas de prevención del Covid-19, habrá varias particularidades. Entre ellas, el que las federaciones tengan que firmar un formulario de consentimiento para la participación de sus deportistas, que cada uno de estos tenga que abonar 40 euros para contribuir a los costes de material desinfectante o el hecho de que, si un equipo desea montar una tienda de campaña o carpa durante la regata, haya que pagar nada menos que 400 euros al comité organizador, que le suministrará la misma.

Además, no se permitirá el acceso de público a la competición y se estudia que, para no concentrar a un elevado número de participantes (y su 'staff'), la cita pueda dividirse en más bloques o series. Numerosas medidas para intentar recobrar algo de normalidad con seguridad. Un primer gran paso para la malagueña, que sigue soñando con Tokio.