La asombrosa historia de Michell Navarro, una 'malagueña' en dos selecciones
La mexicana afincada en Vélez fue paralímpica con España en baloncesto en silla de ruedas y ahora sueña con serlo en atletismo
Personas como ella nos hacen replantearnos lo pesimistas y quejumbrosos que muchos podemos llegar a ser. Mientras que algunos siempre buscan la excusa perfecta para ... no hacer algo, ella sólo sabe encontrar soluciones y es esta mentalidad ganadora y luchadora la que, sin duda, la ha llevado a triunfar en todo lo que se ha propuesto. Michell Navarro (33 años) nació con una agenesia, la ausencia congénita de un órgano o estructura corporal debido a un fallo en el desarrollo embrionario. En su caso, le falta una pierna, sin embargo, nunca le ha supuesto una complicación. «Toda mi vida he estado con prótesis y realmente nunca me sentí diferente a ningún niño. Nací con esto y me sentía normal, porque para mí esto es lo normal. Sólo conocía un camino y gracias a mi familia nunca me faltó de nada», reconoce.
Hoy esta malagueña de raíces mexicanas puede enorgullecerse de haber hecho historia al formar parte de la primera selección española de baloncesto en silla de ruedas en clasificarse para unos Juegos Paralímpicos (y llegar hasta cuartos de final, en Tokio 2021) y en sólo unos días, debutará en su primer Mundial de atletismo, con la meta futura de alcanzar el olimpismo también en este deporte. Este extraordinario éxito no ha venido de la noche a la mañana, ha trabajado para ello cada día de su vida, con varios giros de guion en su camino. Michell comenzó su carrera deportiva en la natación, aunque más tarde compaginó el baloncesto y el atletismo.
Con 21 años, decidió darle un rumbo nuevo a su vida y de la mano del que ahora es su marido, Luis Alfonso Cristen, optaron por buscar un futuro mejor en España. No aterrizaron en una gran ciudad, lo hicieron en Albacete, teniendo ya él un contrato de trabajo. Ella lo consiguió poco después, en una empresa de cuchillos. Pero el verdadero motivo de su residencia en esta ciudad fue el Amiab de baloncesto en silla de ruedas, equipo de renombre en España que abrió las puertas a ambos para seguir jugando, dado que Luis también cuenta con una minusvalía.
Fue tras la pandemia, en 2020, cuando volvieron a hacer las maletas para recalar en la que asegura, es y será de por vida su casa: Málaga. «Málaga es mi vida, es el lugar en el que yo me siento en casa, veo aquí mi futuro», reconoce. Llegaron a la Axarquía, concretamente a Vélez-Málaga, movidos por la oportunidad que les brindó el Amivel de baloncesto en silla de ruedas, donde ambos compiten desde entonces. «Es bueno compartir equipo, pero también complicado», cuenta Michell entre risas. Navarro se ha convertido, junto a la malagueña Almudena Montiel, en una referencia nacional en esta disciplina. Lleva ligada a la selección española de baloncesto desde 2018, fue séptima en el Mundial de 2018, cuarta en el Europeo de 2019 y debutó en los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021 haciendo historia para el país, dado que España sólo había competido una vez en esta modalidad, aunque fue por invitación al ser anfitrión en Barcelona 1992.
Para la gran mayoría, este hubiera sido el culmen de su carrera deportiva, no hay nada más grande que unos Juegos... Aunque esta hispano-mexicana no opina lo mismo. Sí, fue un sueño, pero no el sueño de su vida y es que en realidad, se sentía vacía sin el deporte que realmente ama. «Después de los Juegos decidí retomar el atletismo. No me sentía del todo llena sólo con el baloncesto, porque no era el deporte en el que me sentía completa. Me gusta el baloncesto, pero para mi siempre fue un extra, mientras que el atletismo lo entrené más».
Así las cosas, aunque sigue compitiendo con el Amivel, Michell renunció a la selección española de baloncesto para volcarse en alcanzar el Olimpo como atleta. Y de momento, puede enorgullecerse de que a finales de este mes, debutará en su primer Mundial (en India), en las disciplina de lanzamiento de peso y disco.
Tras acabar su sesión de entrenamiento en el Paco Aguilar, un día acudió al polideportivo Fernando Hierro, donde se entrena el Club Atletismo Vélez, y preguntó si podrían entrenar a una atleta con discapacidad. La realidad es que no estaban preparados como tal, pero una joven atleta y entrenadora de 25 años, Karla Ruiz, decidió afrontar este reto. «Muchas personas o clubes no asumen esa responsabilidad, falta gente que trabaje con deportistas adaptados. Yo no tenía ni idea de esta especialidad pero me lo puse como reto y me puse a investigar y aprender para poder trabajar con ella y ahora es un orgullo ver cómo ha crecido», reconoce la entrenadora, que acudirá junto a Michell al Mundial en calidad de técnico nacional. Ahora, buscan juntas el sueño de llegar a los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles. Y por el momento, las previsiones son optimistas, porque Navarro parte con la sexta mejor marca del 'ranking' mundial en peso (9,61 metros) y la duodécima en disco (22,71) en su modalidad. Ahora, sólo queda seguir trabajando para alcanzar su nuevo sueño.
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