Refuerzan la seguridad en playas de Río tras los robos y el caos del pasado fin de semana

A menos de un año de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, y cuando las temperaturas ya alcanzan los 40ºC en este inicio de la primavera, un total de 700 policías de diferentes batallones, incluidos los de élite, instalarán 17 retenes en la ciudad, según informó la policía en un comunicado. Acompañados de asistentes sociales, inspeccionarán los autobuses que vienen desde la periferia hacia las playas más famosas de Río, Ipanema y Copacabana, en la zona sur y más turística.

Los menores de 12 años no acompañados serán llevados a albergues municipales y quienes sean detenidos cometiendo delitos serán trasladados a la comisaría. El objetivo "es reducir la incidencia de robos y los actos de vandalismo", dijo la secretaría de Seguridad de Río. Es la misma estrategia que se utiliza durante los "grandes eventos" como la víspera de Año Nuevo en la playa de Copacabana o el Carnaval, que reúnen a millones de personas.

En este próximo fin de semana, además, se celebran los últimos conciertos de Rock in Río con Rihanna y Katy Perry y hay un partido de fútbol entre Flamengo y Vasco en el Maracaná. La policía dijo que se instalarán siete carpas con 300 de los 700 policías en Copacabana e Ipanema, las playas más frecuentadas y teatro la semana pasada de escenas de violencia: los jóvenes llegan en grupo y roban a su paso teléfonos móviles, relojes, cadenas, bolsas y mochilas, mientras turistas y habitantes en pánico huyen o estallan en lágrimas.

"Queremos garantizar la total seguridad de las personas tranquilas que quieren ir a la playa, un espacio democrático donde ricos y pobres deben cohabitar en armonía", dijo al diario O Globo el coronel Claudio Freire de la policía militar, encargado de mantener el orden. La situación es sumamente tensa porque hay además jóvenes de los barrios ricos que se presentan como "justicieros" y se organizan a través de las redes sociales y aplicaciones como Whatsapp para tomarse la justicia por su mano.

El domingo, estos jóvenes rompieron los cristales de un autobús que regresaba a la periferia e insultaron y golpearon a pasajeros, que aterrorizados saltaban por las ventanas. Según O Globo, se recomendó a la cantante estadounidense Rihanna, que se alojará frente a la playa de Ipanema, que no baje a la arena a darse un baño.