Un jugador de equipo en mayúsculas
El waterpolista Sergio Fernández continúa entrenándose junto al resto de su equipo con la mirada puesta en el Campeonato de España juvenil que se disputará a final de mes
FÁTIMA ÁVILA-CASANOVA
Viernes, 31 de julio 2015, 20:01
Sergio Fernández, jugador del Waterpolo Marbella, se expresa con la seguridad que aporta el saber que esta temporada ha hecho los deberes y que, por ... lo tanto, ha conseguido la mayor parte de los objetivos que se había marcado en sus comienzos. Con el equipo absoluto ha obtenido el ascenso a categoría nacional, mientras que con los juveniles disputará a finales de este mes el Campeonato de España, tras haberse llevado la medalla de plata en el Estatal de Segunda categoría. «Con el equipo sénior no se puede pedir más de lo que hemos hecho. Con los juveniles también hemos realizado una buena temporada, que esperamos culminar mejorando nuestro séptimo puesto del año pasado en el Campeonato de España», comenta orgulloso.
Para ello, los integrantes del Waterpolo Marbella están completando sesiones de entrenamientos todos los días de la semana, aunque, según asegura el jugador, estas son menos exigentes que las que llevan a cabo durante los meses de invierno:«El resto del año estamos una media de tres horas diarias en la piscina, y dos días a la semana completamos doble sesión de trabajo. Ahora, durante la temporada estival estamos un poco más relajados e incluso podemos quedar en nuestro tiempo libre para jugar partidos de fútbol, baloncesto, etc.»
Una gran familia
Los juveniles del Waterpolo Marbella son como una familia. No solo están juntos durante los entrenamientos y las competiciones, sino que han formado una auténtica pandilla de amigos que se lo pasan en grande compartiendo su tiempo de ocio. Fernández, además, tiene la suerte de contar con su hermano Antonio en el equipo. Precisamente, fue él, según recuerda el menor de los Fernández, quien lo animó a que se apuntase a la entidad marbellí:«De pequeño hacía natación, kárate y baile. Me encantaba la salsa y no se me daba nada mal, pero mi hermano se apuntó a waterpolo y decidí seguir sus pasos. Desde el principio me enganchó este deporte y tuve que dejar todas las demás actividades, porque los entrenamientos requerían mucho tiempo».
Su entrenador, Jorge Botello: «No duda en asumir responsabilidades»
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Sergio es un jugador que nunca se rinde y que lucha hasta el último momento por ganar los partidos. No se esconde, y cuando hay que asumir responsabilidades no duda en hacerlo. Aunque le salga mal siempre mira hacia adelante. En estos últimos años ha mejorado mucho y pienso que eso se debe a que ha aprendido a entrenar de verdad. Ya ha asumido que el trabajo diario en la piscina llega a ser incluso más importante que el partido, porque lo que hagas en las competiciones va a ser el reflejo de tus entrenamientos. En ese aspecto puedo decir que ha madurado.
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Para las próximas temporadas espero que siga con nosotros, porque el año que viene jugaremos en liga nacional y ahí ya verá que hay mucho más nivel. Creo que no ha recibido ofertas de ningún club de fuera, pero no me extrañaría que ocurriese porque es un jugador que destaca.
Con once años comenzó su andadura en el equipo costasoleño, y desde entonces son muchas las experiencias que ha vivido. Entre ellas, recuerda a la perfección el primer golpe que recibió: «Fue en mi primer torneo, en categoría alevín. Durante el partido un jugador rival me dio un balonazo en un ojo que me produjo un pequeño derrame. Aquello me impresionó tanto que dudo que lo pueda olvidar». Desde entonces, son miles las historias que ha vivido y en las que siempre ha estado de una u otra forma su hermano:«Él es como mi protector. Soy de los pocos jugadores que no tienen muchos enfrentamientos dentro del agua y pienso que es porque mi hermano siempre está muy pendiente de mi y de los jugadores que me están marcando. Podríamos decir que a veces es como mi guardaespaldas».
El waterpolista acaba de terminar 4.º de ESO, tras haber repetido en alguna que otra ocasión. Sin embargo, es muy sincero y no duda en reconocer que la culpa de ello no es del deporte ni de los entrenamientos:«Otros compañeros del equipo son excelentes estudiantes y sacan todas sus asignaturas adelante. Yo, sin embargo, creo que no valgo para estudiar. Ahora que he terminado la Secundaria me matricularé en un ciclo formativo de actividades físicas y deportivas y después lo más probable es que busque un trabajo, aunque me gustaría seguir ligado al mundo del waterpolo».
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