El abogado de Vilda ataca la «fiabilidad» del hermano de Jenni Hermoso: «Es un exagerado»

El primero en intervenir ha sido el abogado de Vilda, que ha atacado con dureza la «fiabilidad» del testimonio de Rafael Hermoso, hermano de la denunciante, y ha puesto en duda también las palabras del amigo de la familia, Vitoriano Martín. Ambos incriminaron en sede judicial al exseleccionador y actual entrenador del combinado femenino de Marruecos por las presuntas coacciones, por lo que la estrategia de defensa se ha centrado en desacreditarlos.

«Es una osadía pensar que hubo presiones de mi cliente. No creo que Rafael mintiera en su declaración judicial, pero sí lo hizo antes, como reconoció, en los medios de comunicación cuando dijo que el beso fue 'algo anecdótico'. Yo creo que es un exagerado cuando detalló las 'continuas' amenazas sufridas por su hermana en redes sociales y usted (por el juez) debe valorar la credibilidad del testigo», replicó la defensa.

El mismo objetivo planteó en su lectura el abogado de Luque. Rebatió el testimonio incriminatorio de Ana Ecube, amiga de Jenni Hermoso con quien estuvo presente en el viaje a Ibiza para celebrar el triunfo en el mundial. «Uno es dueño de su silencio y esclavo de sus palabras. Y los relatos de los testigos de las acusaciones vinieron con un adornito», señaló para ilustrar la conducta y el testimonio de Ecube tras reunirse con Luque. Como es lógico, el letrado «lamentó» los mensajes de su cliente deseándole «lo peor» a la jugadora, ya que se trata de una prueba de cargo de las coacciones para las acusaciones.

Por último, la defensa de Rivera denunció la mala fe procesal de las acusaciones y tachó de «disparate y temerario» que su cliente haya acabado sentado en el banquillo «solo» por cargar un teléfono móvil de la jugadora y querer pasárselo para que hablara con la federación. El motivo era que participara en la investigación interna abierta por el beso de Rubiales. «No hay violencia ni intimidación en las coacciones ni mi cliente ni sabía que estaba cometiendo o deseando cometer un delito», argumentó, antes de rebatir las declaraciones de las jugadoras Misa Rodríguez y Laia Codina sobre Rivera: «Tienen una memoria selectiva. No dijeron la verdad».

El jueves, el juicio acogió los informes definitivos de dos acusaciones, incluida la que ejerce el letrado de la víctima y la defensa del expresidente de la federación. El abogado de Jennifer Hermoso aseguró que el beso «fue notorio» y que fueron «seis segundos que cambiaron la vida» de su cliente, que «no tuvo tiempo de reacción» y que «en ningún momento escuchó que podía darle un beso o un piquito», rebatiendo la tesis del informe pericial de lectura de labios de la defensa del principal acusado. «No hay ninguna prueba que demuestre que Jennifer dio su aprobación, No fue un consentimiento, si no un sometimiento», señaló.

Tras el abogado de la jugadora emitió su informe la letrada de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que ejerce la acusación popular. «Rubiales usó todos los mecanismos al alcance de la federación para condicionar a la jugadora», afirmó. La abogada ha recordado el «sentimiento de asco de Hermoso», que se fue incrementando según pasaban las horas por las presiones sufridas por la jugadora.

Por su parte, la abogada de Luis Rubiales, Olga Tubau, aseguró que ha quedado «acreditado» en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional que Jennifer Hermoso dio su «consentimiento» para el beso, por lo que pidió una sentencia absolutoria. Según la letrada, hay dos pruebas que «acreditan que Hermoso dio su consentimiento». La primera es un vídeo en directo emitido en la plataforma digital Instagram desde el vestuario, en el que puede verse cómo la jugadora con una expresión «de máxima alegría, bebiendo champán» y supuestamente viendo en el teléfono las imágenes del beso.

«Alguien pregunta: '¿Quién te ha besado?'. Y ella contesta: '¡Eh! Pero no me ha gustado'», recordó Tubau, que señaló que, inmediatamente, Hermoso añadió: «Pues vale». Según la abogada, esa respuesta venía a una pregunta, que habría sido pronunciada por su compañera Laia Codina, y que le habría cuestionado sobre qué le habría dicho a Rubiales cuando éste le pidió «un besito». La segunda prueba, según la defensa de Rubiales, es la pericial propuesta por su parte consistente en la lectura de los labios del expresidente en los instantes previos al beso. Según el perito que compareció en sede judicial, el que fuera máximo dirigente de la FEF preguntó a la jugadora: «¿Te puedo dar un besito?».

El miércoles pasado la Fiscalía expuso sus conclusiones definitivas y mantuvo las peticiones de penas para los acusados, además de Rubiales (se enfrenta a dos años y medio de prisión), Jorge Vilda, Albert Luque y Rubén Rivera. Para los tres reclama un año y medio de cárcel por un delito de coacciones.