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Aritz Aduriz (i), en el partido ante Italia.
De Gea y Aduriz confirman su valía
amistoso

De Gea y Aduriz confirman su valía

El delantero del Athletic marcó en la única ocasión que tuvo a balón parado y el meta sostuvo con sus manos a una España desdibujada

Rodrigo Errasti Mendiguren

Jueves, 24 de marzo 2016, 02:14

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España completó un partido horrible en Italia, pero el amistoso deja dos verdades para Vicente Del Bosque: De Gea y Aduriz están más que listos para ser parte importante de los que defiendan la corona en Francia. El veterano delantero y, sobre todo, el joven pero experimentado portero fueron decisivos para que la vigente campeona no saliese avergonzada de Udine.

El día que la pelota se entristeció por la muerte de Cruyff, una de las personas que mejor la honró en el césped y en la banda, España e Italia midieron su rendimiento de cara a la Eurocopa. Por lo visto en el césped de Friuli parece increíble que se jugaran el trono hace cuatro años en Kiev. Rindiendo así parece poco probable que puedan repetir en menos de tres meses.

En el último ensayo de alto nivel antes de la Eurocopa, Del Bosque optó por De Gea y Aduriz. Dubitativo sobre si se llevará dos o tres delanteros, la prueba venía a testar el nivel del punta del Athletic en las citas de más alto nivel. España superó a Italia en 2008 seis meses antes de quebrar el mal fario meses después en los penaltis, perdió antes de la Euro 2012 y se impuso antes de la debacle en Brasil.

Dudas sin Busquets

Sin Busquets, el salmantino optó por San José, que brilló en Ucrania, para suplir al hombre clave: Busquets. Con el navarro en el puesto de ancla optó por dos creativos como Thiago, considerado el sustituto de Xavi, y un Cesc que después de diez años de irregularidad debe dar un paso adelante. No fueron capaces de crear ni de recuperar la pelota. Y eso que los mezcló con dos futbolistas ofensivos pero muy solidarios y sacrificados en defensa por las bandas. Mata, que no acusa ser el internacional con más partido de la campaña, y el explosivo de Morata, arrancando desde la izquierda, junto a Aduriz, que afrontó con la ilusión de un niño la oportunidad de su vida.

A Italia, que le faltaban titulares como Verrati, Marchisio, Barzagli o De Rossi, tenía un once muy veterano pero muy competitivo con gente de calidad y pulmones como Florenzi o Giaccherini. enía la pelota, la usaba con mejor criterio y fue, pese a que le faltaba talento para superar líneas rivales, capaz de crear algo de peligro con ella en campo contrario. Un centro de Candreva lo despejó Ramos al palo del siempre bien colocado De Gea. El portero del Manchester United tuvo que demostrar sus cualidades pronto, con una mano abajo tras un disparo lejano del propio jugador de la Lazio.

Lo más llamativo de la primera hora, en la que ni siquiera llegó a rematar a puerta por primera vez desde octubre de 2013 ante Bielorrusia, fue la entrada involuntaria que recibió de un árbitro asistente Del Bosque, que se fue enfadando porque Italia se lo estaba tomando en serio, presionaba arriba y estaba convirtiendo al combinado español, falto de profundidad y demasiado embotado al buscar todos jugar por dentro, en algo menor. España estuvo horrible, su juego era demasiado plano y no por cuestión de ganas, ya que Aduriz buscaba los desmarques como si aquello fuera una final copera o de la Europa League. España no asustaba porque no era vertical, necesitaba romper por fuera para al menor hacer que su rival diera un paso atrás.

Morata suda su plaza

Tras el descanso, Koke fortaleció el centro del campo por la izquierda. No mejoró mucho España, ni tampoco con la entrada de Isco por un gris Thiago. Italia seguía generando peligro y no sólo a balón parado. Eder asustó antes de que entrara Insigne, que agitó el encuentro y obligó a De Gea a volver a ser protagonista. Tras una primera ocasión, marcó a bocajarro en el área después de que el toledano hubiese repelido un derechazo de Florenzi. Adiós a 692 minutos sin encajar un gol. Era lo justo.

Entonces, cuando Del Bosque pensaba en hacer un cambio para poblar el centro del campo, Aduriz apareció para confirmar por qué merece estar entre los seleccionados del vigente campeón. Aprovechó que Buffon estuvo torpe a un remate de Morata, quizá el mejor de los españoles, en una falta lateral y fusiló con la izquierda. Marcó y se fue a la ducha, con la satisfacción del trabajo bien cumplido. A sus 35 años.

Italia no desesperó y rondó el gol, pero la espectacular vaselina de Insigne se quedó sin premio por esa increíble capacidad de De Gea de llegar junto a la escuadra con tanta plasticidad que conduce al error de creer que es sencillo. El duelo terminó con una ovación a Morata que se gana a base de esfuerzo el puesto y el corazón de los aficionados. Un mal día para el fútbol, pero Del Bosque, que acabando haciendo muchos cambios y probó con Azpilicueta en ambos costados, ya sabe a tiene soldados listos para reclutar.

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