La Primera Federación, en riesgo

No acaban ahí los desencadenantes de una crisis que amenaza la propia supervivencia del modelo actual, pues los gastos de los 40 clubes de la categoría se han incrementado notablemente en cuanto a los desplazamientos, toda vez que la división en dos grupos en lugar de los cuatro habituales de la Segunda B implica una mayor amplitud territorial, bajo la división oeste-este en esta campaña 2022-23.

Además, la división es total entre los clubes de la categoría ante el sistema de control económico a cambio de ayudas federativas, un rompecabezas en el que instituciones de muy diversas dimensiones y diferentes grados de profesionalización no se ponen de acuerdo, como quedó de manifiesto en la reunión de hace dos semanas entre los representantes de las diferentes entidades y la Federación.

El enfrentamiento podría incluso derivar en una huelga de futbolistas antes del final de temporada, pero incluso evitando ese escollo, el modelo de la categoría de bronce del fútbol español parece ahora mismo abocado a una remodelación. La alternativa podría pasar por el regreso a la clásica Segunda B de cuatro grupos y ochenta equipos, una opción probable ante la falta de desarrollo de una Primera Federación muy lejana del profesionalismo que prometía cuando se puso en marcha hace apenas año y medio.