El árbitro malagueño Melero López se retirará en el Real Madrid-Real Sociedad
Admite estar tranquilo y feliz a escasas horas de dirigir su partido 195 en la élite, el último de su carrera
Feliz y tranquilo serían los adjetivos que mejor describen el estado de ánimo de Mario Melero López en un momento cumbre de su vida, como ... será el hecho de que este sábado, a las 16.15 horas, dirigirá su último encuentro en Primera División, un Real Madrid-Real Sociedad. Su despedida será nada menos que en el Santiago Bernabéu, a la altura de las circunstancias, aunque en el choque no hay ya grandes objetivos deportivos para los contendientes en esta última jornada del campeonato.
Se pone fin a una larga etapa de once temporadas, que ha colocado a Melero López, como el segundo trencilla malagueño con más partidos dirigidos en la élite (195 contando el de este fin de semana), tras Antonio Jesús López Nieto (234), y tercero andaluz, después también de Fernández Borbalán (244). Es, además, el trigésimo colegiado con más choques en Primera, un logro muy a tener en cuenta, por más que en los tiempos actuales haya una rotación más corta y se arbitre una jornada sí y otra no.
⚖️ ÁRBITROS | Estos son los colegiados designados para la jornada 38 en 𝗣𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 División.
— RFEF (@rfef) May 22, 2025
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Pese a que ha sido algo más de una década, en la mente de Melero López perdura la sensación de que los años han transcurrido rápidamente, y lo que le llena de orgullo es llegar al momento final en un gran estado físico. A sus 45 años, alcanza así la edad tope para dirigir en la máxima categoría, salvo contadas excepciones que pueda determinar el Comité Técnico de Árbitros para permirtir una campaña más, generalmente relacionado con la presencia de un trencilla en la fase final de un campeonato de selecciones.
Acaba de esta forma el periplo de un malagueño criado en la barriada de los Corazones, que empezó a arbitrar a los 15 años, por su pasión por el fútbol, y que a los 19 ya estaba dirigiendo en la extinta Tercera División, una categoría nacional, adonde llegó sorprendentemente joven. Después estuvo seis temporadas en Segunda B (2002-08), otras tantas en Segunda (2008-14) y el ciclo actual de once en la élite.

No ha arbitrado clásicos ni finales, tampoco en competiciones europeas de clubes, pero ha estado en duelos de máxima exigencia y tensión deportiva y, por supuesto, en citas de los grandes, el Real Madrid (dieciocho con la de este sábado) o el Barcelona (trece). Y, cuando tiene que recordar, un partido que tenga especialmente grabado, ese es el de su debut en Primera, en un Celta-Getafe en Balaídos en septiembre de 2014, un enfrentamiento plácido desde el punto de vista arbitral.
Melero López vivió la pandemia y las restricciones, tuvo que viajar los días de partido y someterse a los test de rigor para poder estar a pie de campo, una época «triste». Ha vivido también el advenimiento del VAR al fútbol de élite, en el que asume que ha aportado tranquilidad y rigor a muchas facetas del juego, sin restar polémica en otras.
Desde su llegada a la élite no sólo ha vivido una evolución a nivel particular, con mucha más experiencia a la hora de lidiar con partidos complicados y madurez para digerir actuaciones menos inspiradas, sino que el arbitraje también ha evolucionado. Melero López, como muchos otros compañeros, se apoya en aplicaciones como Wyscout para estudiar tácticamente a los equipos a los que van a dirigir para anticipar situaciones (si hay jugadores más tarjeteados, si un equipo suele achicar mucho los espacios para tirar el fuera de juego, cómo se comportan en jugadas de estrategia,…) y ha crecido la exigencia física a los trencillas, a la par que sube el ritmo de los partidos. Así, Melero se ha ejercitado con cuatro o cinco sesiones semanales, con mucho trabajo de fuerza, para prevenir lesiones.
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