Bellingham ilumina al Real Madrid en Girona

El inglés fue otra vez la mejor noticia para Ancelotti, que ha resucitado se mejor versión ubicándolo en la mediapunta. El italiano volvió a acomodar al '5' cerca del área rival, llevó a Tchouaméni al eje de la defensa, en lugar del canterano Asencio, y dejó en manos del dinamismo de Valverde y la jerarquía de Modric la llave del equipo desde la medular. Por delante, Güler y Brahim, los meritorios, más pegados a las bandas, Bellingham como enganche y el examinado con lupa Mbappé como referencia ofensiva.

La iniciativa correspondió de inicio al Girona. Y es que el Madrid salió dormido y desajustado en defensa. Poco a poco fue activándose el equipo blanco en la presión, aunque sin lograr incomodar la circulación rojiblanca. Estaba mejor el bando local, rápido en el manejo de balón. El conjunto de Ancelotti, por momentos parsimonioso, se animó algo ya cerca del descanso, con los primeros tiros a puerta del encuentro y Gazzaniga firme frente a Brahim y Mbappé. El duelo ante un rival de Champions le pedía algo más al Madrid y lo dio el de casi siempre en los últimos partidos. Bellingham recicló un balón rechazado en el área local para elevar su racha realizadora a cinco encuentros de Liga consecutivos.

El regreso de la mejor versión del inglés, la de su primer curso de blanco, es la mejor noticia de los últimos tiempos para el Madrid, que vuelve a disfrutar de los goles de un jugador menos desgastado en tareas defensivas. Tchouaméni, habilitado por Miguel Gutiérrez tras un saque de falta de Modric, tuvo en la reanudación el psicológico 0-2, pero su testarazo se topó con Gazzaniga. Más allá de la oportunidad, el Madrid tuvo otro tono tras la pausa. Confiado por su ventaja, acaparó el balón y recuperó rápido, para controlar el duelo y atosigar al Girona.

El paso al frente lo ratificó Arda Güler, siempre efectivo cuando puede finalizar con su zurda, pero la definición del turco la posibilitó un fantástico pase entre líneas de Bellingham, iluminado tras un rápido giro. A tenor de las circunstancias y la proximidad del decisivo duelo de Champions ante el Atalanta, no resulta extraña la preocupación de Ancelotti cuando poco después, el inglés pidió el cambio por unas molestias en la parte trasera del muslo.

El susto con Bellingham, pequeño jarro de agua fría, no alteró el curso de un duelo definitivamente encarrilado para el Madrid por la inspiración de Modric para encontrar la grieta y la pequeña rehabilitación de Mbappé con el gol, tras un remate cruzado, inapelable, propio del voraz delantero por el que el Madrid suspiró tantos años. Objetivo cumplido, con un final de lo más plácido, que dio margen para el debut del canterano blanco Daniel Yáñez pero dejó tocado a Mendy. Más allá de la dolencia del francés, Ancelotti ahora suspira para que lo de Bellingham. el hombre capaz de iluminar al Madrid, se quede en nada.