Dembélé se lleva por delante al Athletic

«Será un rival difícil, agresivo en la recuperación tras pérdida y en la presión alta. Valverde es más ofensivo que Marcelino, así que nos apretarán. Trabajan muy bien», aseguró Xavi en la rueda de prensa previa al partido de su equipo ante el Athletic. El técnico de Tarrasa sabe que se mide a un rival que exigirá la mejor versión de los suyos y prepara cambios para mantener el listón físico que exhibieron ante el Villarreal. «Me gustaría darle continuidad al once, pero hay fatiga y molestias. Hay que priorizar que el equipo esté al cien por cien», sentenció el catalán.

Si el equipo de Xavi quiere vencer al Athletic tendrá que mantener las buenas sensaciones que el equipo mostró en la jornada entre semana frente. Los culés lograron abortar las transiciones de su rival, el gran pecado en los anteriores compromisos, y fueron capaces por fin de ser profundos desde los extremos gracias a Jordi Alba y Sergi Roberto, dos laterales que pasaron a ser extremos durante gran parte del choque. Esa imagen es la que quiere mostrar un equipo que anhela dejar atrás el tsunami que provocó la debacle en Champions ante el Inter y la derrota en el clásico con una serie de victorias consecutivas antes del parón del Mundial de Catar.

Para ello, Xavi podrá contar con todos los jugadores que se impusieron hace apenas tres días al Villarreal. Cuenta con todos los futbolistas de la plantilla a excepción de Ronald Araujo, Christensen y Memphis Depay. Estas ausencias condicionan un once en el que Xavi mueve fichas ante la aglomeración de partidos. Eric García y Balde regresan a la zaga, mientras que en la punta de lanza Dembélé contará con minutos tras descansar frente al Villarreal y acompañará a Lewandowski, intocable para Xavi a tenor del rendimiento que el polaco está dando desde que comenzó la temporada.

El duelo servirá también para que Ernesto Valverde se reencuentre con el Camp Nou. El Txingurri logró como técnico culé dos Ligas, una Copa del Rey y una Supercopa de España, bagaje suficiente para que la afición azulgrana tenga un buen recuerdo de él y para ser aún el último entrenador que ganó una Liga con el Barça. Ese pensamiento sobrevolará la mente de un míster que llega a la que fue su casa con un equipo remozado, que ha firmado un inicio de campeonato notable y que tiene todas las características que se necesitan para hacer daño a un adversario como el de Xavi. El nuevo Athletic es el tercer equipo más goleador de la Liga solo por detrás de Madrid y Barça y lo es gracias al vértigo de los hermanos Williams y a la llegada desde segunda línea de jugadores como Sancet, Berenguer o Muniain.

Esa fórmula estará en el Camp Nou y Valverde podrá contar además con todos sus jugadores a excepción de los lesionados Ander Capa y Jon Morcillo. Así, el Txingurri pondrá en liza un once con Iñaki Williams en punta y con Ander Herrera, Vesga, Berenguer, Zarraga y Nico Williams como escuderos de lujo para intentar atemorizar a un Barça que ha demostrado no caracterizarse por su fortaleza defensiva.

El Barça está de vuelta. El conjunto que dirige Xavi Hernández se impuso de forma cómoda al Athletic en un partido que sirve para seguir recuperando sensaciones antes del duelo ante el Bayern de Múnich en la Liga de Campeones y para dejar atrás de forma definitiva los pinchazos ante el Inter y el Real Madrid. Dembélé, que firmó un gol y tres asistencias, fue el gran protagonista en una noche en la que Lewandowski volvió a marcar, y ya suma doce tantos en Liga, y en la que Sergi Roberto y Ferran Torres redondearon la goleada.

Con cambios y a lo loco. Así salió el Barcelona a jugar el partido contra el Athletic en el Camp Nou. Xavi, que ya avisó que habría rotaciones, puso en liza un once novedoso con hasta cuatro centrocampistas, Dembélé y Lewandowski en punta y toda la banda izquierda para Balde. Esa disposición asimétrica permitió a los azulgrana ganar un jugador más en la medular y sorprender a los de Ernesto Valverde, que estaban listos para defender el clásico 4-3-3 y en un abrir y cerrar de ojos estaban inmersos en una pesadilla digna de Halloween de la que se iban a levantar con sudores fríos y con tres goles por detrás en el marcador.

Ese festín azulgrana se comenzó a cimentar a través del juego. Los de Xavi estaban cómodos con el balón, amenazaban desde los extremos y no sufrían en las transiciones rivales gracias al sorprendente doble pivote formado por Busquets y De Jong. Ese escenario fue el propicio para que Dembélé ejerciera de director de orquesta. El galo apareció en tres actos. En el primero cabeceó en el área pequeña para abrir la lata en una jugada que él mismo había generado, en el segundo asistió a Sergi Roberto para que, a la carrera, hiciera el segundo fusilando a Unai Simón y en el tercero le dio un balón a Lewandowski en el área para que el polaco hiciera lo de casi siempre, marcar con aparente facilidad. El ex del Bayern se revolvió, como tantas veces, y fusiló con un zurdazo inapelable que dejaba vista para sentencia una primera mitad que decayó en ritmo en el tramo final y que solo iba a salir del letargo tras la lesión de Gavi, que tuvo que retirarse por un golpe antes del paso por vestuarios.

Tras la reanudación, el Barça vivió un déjà vu. El pasado jueves los culés se fueron con 3-0 al descanso ante el Villarreal en el Camp Nou y en los segundos cuarenta y cinco minutos la intensidad del duelo cayó en picado. Esa historia se repitió frente a un Athletic que regresó al choque con la idea de desperezarse, pero que se topó con un rival que ya había hecho los deberes en ataque aunque seguía bien plantado en defensa. Así, entre la falta de ideas de unos y la poca necesidad de otros, el partido transitó sin sobresaltos hasta que Xavi y Valverde se decidieron a agitar sus respectivos equipos.

El técnico de Tarrasa vio que el choque estaba visto para sentencia y comenzó a disputar el duelo de Liga de Campeones del próximo martes frente al Bayern de Múnich retirando del terreno de juego a futbolistas importantes para el engranaje culé como Lewandowski, Koundé o Pedri. Los cambios le sentaron bien a un Barça que recuperó colmillo. Ansu Fati demostró que va recuperando la chispa que tuvo en el inicio de su carrera y Ferran Torres entró para jugar de falso nueve y manifestar que, por qué no, él también puede ser un socio más para Dembélé. El francés se despidió del choque con su tercera asistencia para que el ex del Manchester City batiera por bajo a Unai Simón. Fue el último chispazo de unos culés que cierran la semana recuperando moral y que esperan que el golpe de Gavi quede solo en un susto.