La euforia se instala en el Camp Nou

El ánimo del entrenador y de los jugadores, que ya era otro desde la victoria en el Calderón, ahora sí que se ha reforzado del todo. La depresión de París duró dos semanas y casi cuesta un pinchazo liguero ante el Leganés en un partido horrible que resolvió Messi de penalti al final. El hecho de que la UEFA deje tantos días de distancia entre la ida y la vuelta de los octavos de final, algo molesto cuando ya se ha resuelto todo en el primer partido, en este caso se ha convertido en una bendición. El 3-4-3 con el que Luis Enrique ha agitado al equipo ya está perfeccionado tras unos encuentros de prueba, Sergio Busquets ha recuperado el ritmo competitivo tras jugar en el Parque de los Príncipes después de una lesión, Messi atraviesa su mejor momento del curso si es que alguna vez bajó su nivel, Neymar se ha reencontrado con el gol a tiempo, Luis Suárez genera juego y ocasiones. Solo falta que Iniesta se sume a la reacción porque a él sí que la lesión le pasó más factura que a Busquets. Según dejó claro el técnico asturiano, el de Fuentealbilla ha trabajado estos días y será titular ante el PSG pese a sus últimas suplencias. Habrá que verlo.

Remontar un 4-0 a un equipo con tanto gol como el PSG sigue pareciendo una locura, pero las declaraciones ya han cambiado de tono tras el discurso frío de los días posteriores a París. Neymar anuncia: «El miércoles va a ser un partidazo, no sabemos si ganaremos por muchos o pocos goles, pero vamos a correr y luchar, hemos levantado el ánimo y saldremos a jugar y a ser felices». Sergi Roberto también cree: «Si jugamos como contra el Celta, tendremos posibilidades de remontar. Lo vamos a dar todo. Quedan días de trabajo para buscar soluciones y lo vamos a intentar todo». Y Rakitic destaca la comunión con una afición que ya ha iniciado la campaña del 'Yo creo': «Estamos muy agradecidos a los aficionados y lo daremos todo desde el primer al último minuto. Ojalá podamos remontar y hacer el milagro».

Hasta Luis Enrique, normalmente más comedido, ya transmite ilusión: «Si hubiésemos tenido que firmar un guión para los dos partidos previos al PSG, hubiese sido éste. El partido ante el Celta nos refuerza y nos viene de maravilla para el miércoles». Y avanzó el partido que planteará: «Vamos a arriesgar, sin ninguna duda, y mucho para generar un ambiente que nos ayude. Será difícil, no somos tontos, pero tengo una fe inquebrantable en que podremos hacer un gran partido y entrar en la eliminatoria. Nuestro reto es demostrar que somos mejores que ellos. Lucharemos hasta el último suspiro».

El lleno está garantizado en un Camp Nou que asume lo complicado de la empresa, pero la afición ha pasado del malestar por lo sucedido en París al agradecimiento a unos jugadores y a un entrenador que han vuelto a levantarse de la lona para volver a optar al doblete de Liga y Copa cuando podrían haberse hundido. El equipo merece un voto de confianza, como mínimo el aliento de los seguidores. Y lo van a tener.