España no levanta el pie del acelerador

Montse Tomé optó por la precaución con Aitana, a la que también le sobró con la segunda parte. No era necesario arriesgar todavía, con las grandes batallas de la Eurocopa todavía por llegar. En cambio, Irene Paredes volvía tras cumplir su sanción en el debut y demostró pronto, en un duelo al cruce, su jerarquía.

La campeona del mundo se adueñó pronto del partido, era lo previsto, aunque estuvo poco precisa de inicio. Tocaba armarse de paciencia para desarmar el entramado defensivo de las Red Flames y encontrar el acierto en el último pase sobre un césped empapado por un día invernal en Thun.

Más o menos inspirada, lo cierto es que España fue volcando el duelo hacia la puerta belga, convirtiendo el encuentro en un tiroteo. Sin espacios por el poblado repliegue, los disparos lejanos de Olga Carmona fueron el argumento recurrente en la intentona por abrir la lata. Faltaba algo más y apareció en una fantástica pared entre Vicky López y Alexia Putellas, extraordinaria en la definición de puntera.

Chispazo de calidad y ventaja efímera, tanto que apenas duró el suspiro hasta el empate de Vanhaevermaet, que impuso sus 185 centímetros de altura para rematar de cabeza a la red un envío desde la esquina.

Replicó Esther, también con la testa, aunque desviado, pero a España le afectó el inesperado golpe cuando había hecho lo más difícil. Amasó posesión a medida que se acercaba al descanso, pero sin claridad de ideas.

En esa encrucijada Mariona y Claudia Pina intercambiaron sus posiciones, agitaron el partido y la apuesta dio resultado, con el centro de la jugadora del Barça y el vuelo de Paredes para imponer su poderío en el juego aéreo y rebajar los nervios de España justo antes del descanso.

No convenció del todo lo de la primera parte a Montse Tomé, que no demoró ni un instante más la entrada en juego de Aitana. Unos minutos contra Portugal y toda la segunda parte frente a Bélgica como puesta a punto para el tramo decisivo de la Eurocopa de la doble Balón de Oro, que a las primeras de cambio rozó el gol con un zurdazo pegado al palo.

De nuevo se las prometía felices España y otra vez recibió un mazazo imprevisto, esta vez a la contra, culminada por Eurlings con la incertidumbre del VAR. No había dudas, respuesta implacable cuando Alexia frotó la lámpara para dejar a Esther ante la meta rival, demasiada concesión a una delantera poco acostumbrada al perdón.

Salió cara con el duelo instalado en una montaña rusa, pero España, sin la seguridad defensiva que se le presupone, jugó con fuego por momentos. Mariona, la más lista de la clase en un barullo en el área belga, puso tierra de por medio y evitó cualquier apuro en un partido raro, pero definitivamente encarrilado por la atacante del Arsenal.

Con la doble ventaja, la selección se encontró ya definitivamente cómoda y de la mano de Aitana encontró su mejor tono, en un sobresaliente tramo final, que aumentó el botín con un golazo de Claudia Pina y el segundo tanto de Alexia. Desatada en el epílogo del duelo, España demostró que cuando pisa el acelerador es casi incontenible.