La Vuelta a Andalucía arranca blindada contra el Covid

Ya desde un primer momento la organización se enfrentó a varios contratiempos, entre ellos el de cambiar la habitual fecha de disputa de la prueba. Ha pasado de celebrarse en febrero a programarse para mediados de mayo; de comenzar en Vera y acabar en Zahara de la Sierra a arrancar en La Cala de Mijas y concluir en Pulpí.«En febrero estábamos en mitad de la tercera ola, con las UCI repletas y los hoteles cerrados o a punto de hacerlo. Había confinamiento municipal y los viajes estaban limitados, lo que dificultaba todavía más la llegada de los equipos. En aquel momento era inviable hacerlo, así que aplazar la Vuelta era lo más sensato», explicó a Sur el director de la carrera, Joaquín Cuevas.

Las medidas de prevención tomadas, que según el propio Cuevas son «superiores» a las prescritas por la Unión Ciclista Internacional (UCI), deberían bastar para acabar sin contagios la prueba, algo que parece obsesionarle después de haber pasado la enfermedad: «Saber en primera persona las consecuencias que puede traer el Covid agranda mi grado de consciencia y responsablidad», admitió el mandamás.

Para preservar al máximo a ciclistas y técnicos, estos quedarán completamente aislados en sus respectivos hoteles, que funcionarán a modo de búnker. Siempre que se pueda –como sucede en Málaga– habrá solo un equipo por hotel. «Como mucho habrá dos, tres equipos por instalación hotelera en las zonas donde no pueda ofrecerse uno. En cada hotel, cada uno de ellos deberá estar en una planta y no podrán compartir estancias ni comedores. No habrá buffets y el camarero que sirva a un equipo no podrá servir a otro. Y así con todo el servicio. Cada formación, además, tendrá que reservar una habitación extra que se quedará vacía por si hay que aislar a algún contagiado», explicó el director de la 'Ruta del Sol'.

El resto de los implicados en el evento (los que pueden entrar en contacto con los corredores) estarán agrupados y controlados en tres grandes burbujas. En la primera de ellas estará la cápsula de seguridad de la carrera (aquellos que pueden compartir espacio con los ciclistas: motoristas enlace, conductores que lleven a árbitros y médicos, los propios árbitros y médicos...). Todos ellos habrán de concurrir con una PCR negativa.

La segunda burbuja estará formada por los medios de comunicación y los trabajadores de la realización de la carrera. Con salvadas excepciones, los periodistas no podrán acercarse a los ciclistas (ni aun con PCR negativa), solo podrán acceder a una zona mixta. La tercera y última burbuja comprende a los miembros del equipo logístico, como por ejemplo los montadores.

Otra de las grandes incógnitas era saber qué iba a ocurrir con el público. Como ha reconocido Joaquín Cuevas, los aficionados podrán seguir la carrera pero«va a estar todo mucho más restringido». «No se permitirá que la gente acceda hasta los corredores en el control de firmas. Lo que hemos hecho es habilitar espacios grandes para que, aunque sea de lejos, los aficionados puedan ver a sus ciclistas favoritos. Por ejemplo en Mijas Costa, que salimos desde un recinto ferial muy amplio para que pueda venir público sin tener que comprometer las medidas de prevención o el distanciamiento social». En las llegadas, además, se ha limitado el número de acreditados y para los puertos o las metas volantes se ha hablado con los municipios para cumplir las medidas.