Marina Martín: «Fue muy difícil la decisión dejar el equipo, toca centrarme en mi otro objetivo»
La malagueña de 23 años dejó la élite junto al Rincón Fertilidad para volcarse de lleno en su último año de estudios y el inicio de su nueva vida laboral
marina rivas
Viernes, 13 de noviembre 2020, 00:24

Producto del Colegio Puertosol, acabó por despuntar en el Rincón Fertilidad, donde militó tres años en la élite nacional y en competición europea. Uno de ... las perlas del balonmano malagueño de los últimos años y que, sin embargo, ha optado por afrontar más pronto que tarde la realidad de un deporte que, salvo contadas excepciones, no puede prometer una estabilidad económica en España. La extremo de 23 años Marina Martín ha compaginado la competición con su otra gran vocación, la medicina, hasta que el tiempo le ha obligado a decidir. Eso sí, en un último esfuerzo por seguir vinculada a este deporte mientras acaba la carrera, ha dado un paso atrás para jugar con Málaga Norte.
–Mirando por su futuro y, por supuesto, por su economía, a nadie le resultaría extraño que se haya decantado por la medicina, porque dentro de unos años gozará un buen sueldo, mientras que para vivir del balonmano femenino, debe ser una fuera de serie o marcharse de España, ¿no?
-Claro. El balonmano te lo puedes tomar como una experiencia laboral durante un tiempo. Para mí este deporte siempre va a ser parte de mi vida, pero es más una vía de escape que una opción laboral real. Es algo transitorio que a largo plazo no te va a permitir sobrevivir en España. Y para irme fuera, prefiero irme como médico.
- Sin embargo, que la decisión fuera clara no evita que haya sido una de las más complicadas de su vida. Además, lleva un tiempo prorrogándola...
-Siempre intento retirarme, pero luego me echo para atrás (ríe). Para mi fue muy difícil tomar la decisión de dejarlo, porque llevaba tres años en el Rincón Fertilidad y era como que ahora que estoy cumpliendo mi sueño deportivo de jugar en la élite, ¿voy a tener que renunciar? Pero toca centrarme en mi otro gran objetivo, que es la medicina. Además, también me dijeron que Isa Medeiros renovaba y que habían fichado a Sara Bravo; ya éramos tres extremos. Al final pensé que si me quedaba iba a jugar menos y sabiendo que era el último año en el que podría compaginar el balonmano con los estudios, quería disfrutar.
-Por lo tanto, decidió seguir vinculada a la competición pero con el filial del equipo, el Málaga Norte de la División de Plata. La diferencia entre categorías es abismal, ¿no?
-Sí que se nota la diferencia, salvo en momentos o rivales que te recuerdan a la División de Honor, pero se nota. Además, en los entrenamientos se nota que las compañeras van más por 'hobbie'. Todas estudian o trabajan mientras juegan, el balonmano más como vía de escape, no tan exigente.
-Eso sí, todavía sigue haciendo malabarismos para cuadrar entrenos, competición y carrera...
- Sí que es una locura. Por las mañanas tengo las prácticas. Llego a casa, como, estudio unas horas y voy al entrenamiento, que ahora lo hemos tenido que adelantar por el nuevo toque de queda.
-Lo bueno es que al ser un nivel menos exigente también tiene más facilidades por si no puede acudir a un entrenamiento o incluso un partido, ¿no?
-Claro, si algún día me pilla muy mal… Aunque soy muy comprometida e intento ajustar mis horarios para poder con todo. Estoy un poco agobiada porque además tengo la academia del MIR, pero por ahora voy bien.
-¿Es la única de su promoción en esta situación?
-Ahora mismo sí, porque sí que había algunos de mi clase que competían pero lo han ido dejando. Este año es el más complicado.
-Imagino que le habrá generado rabia dejar el equipo justo el año en que lo está ganando todo…
-¡Todo el mundo me lo dice! A veces pienso 'qué decisión tan mala tomé', sobre todo por la Copa de la Reina, porque es la de la temporada pasada, cuando yo estaba en el equipo y además en Málaga y que queríamos dedicarla a Diego. Me removió muchos sentimientos. Esa semana estuve decaída. No pude disfrutarla desde dentro.
-Eso sí, el equipo tuvo un gesto con usted y la portera Marta Vidal...
-Sí, nos dieron una medalla y nos hicieron un pasillo. Me emocionó sentir parte de eso, aunque me hubiese gustado jugarla.
-Centrándonos en el ámbito sanitario, está desarrollando las prácticas actualmente en Cártama. ¿En qué área?
-Ahora mismo en pediatría, aunque a mi me gustaría dedicarme a la cirugía, a los quirófanos, pero ahora estamos pasando por varias especialidades.
-¿Cómo le está afectando ahora la COVID-19 en el trabajo?
-Ahora mismo hacemos muchas consultas telefónicas y, luego, para atender a los niños que nos vienen con fiebre, ya tenemos que ponernos el EPI aunque tengan sólo un resfriado común o un catarro, pero al mínimo que tenga síntomas ya hay que activar el protocolo y pedir PCR. No se puede bajar la guardia. Después de cada paciente hay que limpiarlo todo, y cuando llegas a casa ducharte rápidamente...
-Como estudiante de 6º de carrera, ¿la pueden llamar para prestar servicio en el caso de que hubiera un colapso en las instalaciones sanitarias, como en la primera ola?
-Sí, de hecho me mandaron un correo hace unos días diciendo que la Consejería de Salud nos proponía hacer un curso 'online' de formación COVID porque, en caso de una segunda ola y que necesiten sanitarios, podían requerir a las personas de último año de las carreras sanitarias.
-¿Pagando?
-Juraría que no.
-En caso de que fuera voluntario, ¿usted ayudaría?
-Entiendo que se debería pagar, pero como es un aprendizaje y ayuda a la comunida lo haría. Al final a quien realmente le gusta, quiere estar ahí. Es peligroso y vas a ver cosas que no te van a gustar, pero lo que uno quiere es ayudar.
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