Patricia Soler: «Ahora nosotras somos un espejo para las canteranas malagueñas»

–Después de tantos años, regresa a la provincia. Recuerdo cuando se marchó por falta de proyectos ambiciosos en la zona…

-Pues sí. La verdad es que después de tantos años por fin he vuelto a casa, desde que salí con 18, cuando terminé bachillerato en el Colegio de La Presentación y me fui a Conquero para mis dos primeros años de profesional. Más tarde hubo amago de formar un buen proyecto con el equipo de Liga 2 de Alhaurín de la Torre, pero al final no terminó de consolidarse en la Liga. Y ahora tenemos al CAB Estepona y el Unicaja Mijay, por lo que puedo decir, mi equipo está apostando mucho por el baloncesto femenino.

-¿En estos años atrás no ha recibido nunca ofertas para militar en equipos de la provincia?

-Sí, pero por situaciones personales al final me decanté por otras opciones.

-Muchos ya lo sabrán, pero, tanto usted como su marido, Edgar Vicedo, son jugadores profesionales. Entiendo que en ocasiones velarían por buscar proyectos que no estuviesen demasiado alejados geográficamente, ¿no?

-Sobre todo a esta altura de nuestra vida, sí que lo intentamos. De hecho, este año, Edgar está en el Covirán Granada (ACB) y yo aquí, y al menos tenemos oportunidad de vernos más porque no estamos a mucho más de una hora. Cuando empezábamos, cada uno apostaba más por el proyecto que más creía, pero ahora que va tomando un rumbo más serio la cosa, cansa estar a tanta distancia y decidimos buscar una zona donde los dos pudiéramos desarrollar nuestra profesión y estar juntos.

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-¿Se le hace raro estar en su casa después de tanto tiempo?

-Sí, pero es un gustazo tener cerca a la familia cuando siempre la has tenido lejos. Ya vivimos los dos aquí en Málaga. Tenemos un proyecto en común aquí, en mi zona, que es Rincón de la Victoria… En general, al estar rodeado de familia da la sensación de estar de vacaciones, pero a la vez estar entrenándote.

-¿Cómo se ha adaptado a su nuevo equipo? ¿Qué le parece?

-Estupendamente. Estoy súpercontenta, sobre todo por la humanidad, la forma de ser de cada una… Todas nos apoyamos a la hora de entrenarnos y en los partidos. Además, valoro mucho esa parte externa a la pista, porque al final eso ayuda a que un buen grupo funcione.

-¿A Francis Tomé le conocía?

-Sí, desde muy pequeñita, desde los Campus del Unicaja, pero no habíamos coincidido en la pista, así que muy contenta de estar con él.

-Usted que ya sabe lo que es competir en la élite nacional, ¿cree que el CAB Estepona trabaja como un equipo de la Liga Endesa y tiene potencial para subir?

-Por supuesto, el club tiene claro que quiere a su equipo en la máxima categoría. Se trabaja serio y se ha compuesto un equipo para aspirar a eso.

-Y usted, ¿cómo se ve física y anímicamente esta campaña?

-Me veo bien, la verdad. Ya como equipo, todavía nos falta un poco más para encajar las piezas, los roles, pero esto es una carrera de fondo. Además, al inicio de la temporada nos faltaron un par de jugadoras y se notó, evidentemente, pero subimos a las júnior y ayudan bastante. El equipo aún no está al 100% de lo que va a ser, pero de momento, se nos ve mejoría en cada entrenamiento.

-¿Cómo se siente siendo la única malagueña en el equipo?

-Yo me siento igual (ríe). Me entreno como en cualquier otro sitio y lo bueno es que al salir, siento que estoy en casa, y si tengo tiempo libre, puedo ir a ver a mi familia, cosa que no hacía desde los 18.

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-Tras la retirada de Gema García, usted es la malagueña más experimentada en el baloncesto profesional…

-Pues sí, no está nada mal (ríe).

-Y de momento no se atisba retirada, ¿no?

-No, por ahora no, aún quiero disfrutar jugando.

-Usted que ha vivido el recorrido del baloncesto malagueño en estos últimos años, desde que no existía ningún proyecto nacional hasta hoy, ¿cómo valora esta evolución?

-Veo que evoluciona bastante bien. En cantera también se ve que hay muchas niñas con calidad. Hablando, por ejemplo, del CAB Estepona, vemos que las canteranas entrenan hasta el físico. Yo con su edad no tenía esa facilidad de tener un gimnasio... Cada vez se está desarrollando más el baloncesto femenino en Andalucía y en Málaga, y aún le queda por crecer; está en un aumento increíble, y tener dos equipos referentes como es el Unicaja Mijas y el CAB Estepona, hace mucho en las niñas de la zona.

-Esa referencia que a usted le faltó en su momento para motivarle a quedarse jugando en casa y no haberse ido tan joven, ¿no?

-Claro, si en mi generación hubiese habido un equipo en la categoría, a lo mejor te incita más, o incita más a las niñas a seguir y no dejarlo. Ahora nosotras somos un espejo para ellas; somos referentes. Es bueno que las niñas vean que si trabajan, lo consiguen, que no es algo lejano que no puedan hacer en su ciudad. También te digo, yo doy gracias por mi carrera, porque me ha hecho como soy, personal y deportivamente.

-¿Qué objetivos personales se plantea para este curso?

-Mi mayor ilusión sería ascender con el equipo en mi tierra. Eso sería lo mejor que me podría pasar. Quiero jugar, hacerlo bien, quiero victorias, títulos... Y para esto hay que jugar como equipo, ser inteligentes y estar unidas.