22.000 brazadas por el cáncer infantil

El nadador Luis Portillo (Málaga, 1976) se ha marcado ese reto para cumplirlo en la primera quincena de julio, lo ha bautizado como el Desafío Las Dos Orillas y esta mañana lo ha presentado en la Fundación Olivares de la mano de su presidente, Andrés Olivares, quien ha definido a Portillo como «una de esas personas con corazón que consiguen que cada día acompañemos a estos 555 niños».

Portillo, que en la actualidad es policía local en Benahavís, es un consumado nadador de larga distancia. Su vinculación con la natación arranca desde muy pequeño. Forjado en la cantera del Real Club Mediterráneo, llegó a nadador absoluto con el veterano club de La Farola, con el que obtuvo importantes resultados como espaldista. Retirado de l la élite, siguió vinculado al deporte del agua, donde ahora se ha propuesto este reto solidario por el cáncer infantil. ¿El motivo? «El cáncer infantil es un golpe que nos puede tocar a cualquiera. Tenía claro que tenía que hacer algo y ahora sé que lo voy a intentar, es un gran desafío pensado para una gran fundación», ha afirmado.

Para ayudar, la organización del reto ha abierto una cuenta de 'crowdfunding' en esta dirección donde quienes quieren contribuir pueden realizar su donación directamente, mediante la compra simbólica de brazadas al precio de1 euro cada una. La organización de la prueba recuerda que la donación a través de esta fórmula reporta desgravaciones fiscales.

Para el reto, Portillo contará con la asistencia técnica de la Asociación Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar, que proporcionará dos embarcaciones y personal técnico que acompañará al nadador durante toda la prueba. De hecho, la fecha de la travesía la determinará esta organización en función de las corrientes, el tráfico marítimo y las condiciones meteorológicas que se den entre el 9 y el 13 de julio, que es la fecha inicialmente prevista.

De momento, Portillo afronta la preparación «con una media de 25-30 kilómetros semanales, que irán en aumento conforme se vaya acercando el reto hasta la última semana, en la que bajaré el volumen para llegar fresco y descansado al día de la travesía», según ha explicado esta mañana. Tiene previsto además controlar bien el avituallamiento pues, según ha concretado, no puede apoyarse durante el reto por el reglamento establecido para este tipo de travesías porque invalidaría la prueba.

Por su parte, la Fundación Olivares es una organización sin ánimo de lucro nacida en Málaga en mayo de 2010 de la mano de Andrés Olivares quien, tras perder a su hijo Luis víctima de un cáncer con 9 años, decidió impulsar este centro que, desde su sede de La Noria, junto al Hospital Materno, y con un equipo de profesionales multidisciplinar proporciona un amplio catálogo de servicios que van desde el apoyo psicológico hasta la fisioterapia, logopedia, nutrición, apoyo escolar o trabajo social. La fundación se encuentra de nuevo a pleno rendimiento, según ha concretado Andrés Olivares. «Ya hemos vuelto con todas las mañanas en la sala blanca y por las tardes con el voluntariado en la planta del hospital».

Ahora además, suman otro voluntario que intentará lo que a ojos de muchos puede parecer un imposible. Aunque, como ha recordado el propio Andrés Olivares durante la presentación, «en esa travesía no vas a estar solo; desde el cielo muchos niños y niñas van a acompañarte en la travesía».