La Junta intenta por tercera vez hacer visitables los restos arqueológicos bajo la calle Alcazabilla en Málaga
La Consejería de Cultura tramita una nueva versión del proyecto tras dos anteriores actuaciones para contratar las obras que resultaron fallidas
Si se cumple el dicho de que a la tercera va la vencida, la Junta está más cerca de poder ejecutar la actuación que empezó ... a tramitar hace cinco años para hacer visitables los restos arqueológicos que aparecieron bajo la calle Alcazabilla durante las obras de peatonalización de esta céntrica vía de Málaga que se llevaron a cabo entre 2008 y 2010 por parte del Ayuntamiento. En este último lustro, el Gobierno andaluz ha intentado sin éxito contratar los trabajos para realizar una pasarela por la que los visitantes del Teatro Romano podrán contemplar los vestigios que, actualmente, solo pueden apreciarse parcialmente bajo una pirámide de cristal situada en el centro de la calle.
Bajo Alcazabilla aparecieron hace ya 15 años los restos de unas piletas de fabricación de 'garum' que pertenecieron a una amplia factoría romana que se extendió por todo este ámbito cuando el teatro cayó en desuso. Además de estos vestigios de producción del 'garum' –el aderezo a base de pescado que convirtió a la Malaca romana en una ciudad próspera–, fueron descubiertos partes de pavimentos que pertenecieron a las termas republicanas anteriores a la construcción del Teatro Romano, fechado en el siglo I y abandonado en torno al siglo III.
En enero de 2020, la Consejería de Cultura inició los trámites para contratar la redacción de un proyecto de obras que permitan habilitar un recorrido para hacer que esos hallazgos puedan ser visitados, como ya sucede con el Teatro Romano. En agosto de ese año, el diseño de esa intervención fue adjudicado a la empresa de Almería Unión para la Mejora de la Construcción, por un importe de 14.250 euros y un plazo de cuatro meses para su elaboración.
Una primera versión de ese proyecto fue entregada por esta empresa en diciembre de 2020 a la delegación de la Consejería de Cultura. Sin embargo, los reparos de los técnicos de este departamento regional al trabajo que la propia Junta había encargado hicieron que su aprobación no fuera posible hasta marzo de 2023. Durante 2021 y buena parte de 2022, los técnicos de Cultura emitieron sucesivos reparos que llevaron a modificar el diseño de la actuación planteada inicialmente hasta en cinco ocasiones hasta obtener la versión definitiva.
La intervención engloba trabajos de limpieza y consolidación de muros y perfiles arqueológicos, y la ejecución de una pasarela con lamas de madera para aproximarse a los restos bajo la calle Alcazabilla desde una zona de mirador. Asimismo, incluye el desarrollo de una aplicación de realidad aumentada y la generación de códigos QR para mostrar al público la historia de los restos.
En junio de 2023, la Consejería de Cultura sacó a concurso las obras de este proyecto, con un presupuesto de 93.333 euros, que contaba con una financiación europea del 80%, y un plazo de ejecución de seis meses. Sin embargo, ese procedimiento de contratación quedó desierto porque se presentó una única oferta que fue rechazada por la Junta por una cuestión relacionada con el responsable de las obras.
En 2024, el Gobierno andaluz intentó de nuevo la contratación de la actuación. Se inició una nueva licitación y llegó a proponerse una empresa como adjudicataria, pero la Junta le requirió una documentación que no presentó, por lo que el concurso volvió a declararse como desierto. Tras este segundo revés, Cultura optó por encargar a la misma empresa almeriense que redactó el proyecto en 2020 una revisión del documento para frenar el deterioro de los muros que rodean las excavaciones bajo la calle Alcazabilla y el talud del acceso sur al Teatro Romano.
«Han quedado bastante expuestos a las inclemencias meteorológicas, produciéndose pérdida de material, siendo necesaria la consolidación de ambas zonas para evitar derrumbes futuros», señala la documentación a la que ha podido tener acceso SUR. Así, en diciembre del año pasado, se terminó de redactar la última versión del proyecto, que también recibió reparos de los propios técnicos de la delegación de Cultura.
Finalmente, tras la subsanación de esos reparos y el visado del Colegio de Arquitectos el pasado mes de mayo, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico del pasado mes de junio dio el visto bueno a este último diseño de la actuación, cuyo presupuesto se ha ampliado hasta los 147.318 euros, si bien su plazo de ejecución se ha reducido de seis a cinco meses. Uno de los cambios introducidos consiste en una leve reducción de la superficie de la tarima desde la que se contemplarán los restos, para evitar el acceso descontrolado del público desde ese punto al Teatro Romano. Además, se han incluido medidas para paliar los efectos de las últimas lluvias.
Así, si no surgen nuevos inconvenientes, cinco años después de que se dieran los primeros pasos para esta actuación, todo parece dispuesto para que la Consejería de Cultura vuelva a sacar a concurso las obras, por tercera vez. El tiempo dirá si tiene éxito o no en su contratación y en su ejecución como han sido diseñadas.
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