El último combate de Jero García

Él se sienta enfrente durante la entrevista. «Tú y yo somos compañeros de ring», nos saluda con esa frase y un apretón de manos. A su lado, en la mesa del bar del barrio madrileño de Malasaña donde nos hemos citado, no le acompaña el clásico entrenador veterano con gorrilla, escupidera y toalla; lo hace Bárbara Tovar, la psicóloga del programa. Si Jero es el respeto, ella es la tranquilidad.

«Desgraciadamente en esta temporada, os vamos a sorprender, pero por nada bueno. El nivel de agresividad que nos hemos encontrado en algunos casos nos ha llamado la atención. Las familias de estos chavales tienen mucha necesidad, están desesperados», explica García. Será para él su tercera temporada como 'Hermano Mayo', un puesto que ocupó hasta su llegada el exwaterpolista Pedro García Aguado, ahora con contrato en Atresmedia.

En la nueva entrega, la violencia de los adolescentes no se ha quedado en las patadas a las puertas o los insultos, el sello del formato. Por primera vez, se han tenido que distorsionar ciertas imágenes para que se pudieran emitir legalmente en televisión, debido a que se ha llegado a las manos. Además, como adelanta la cadena, los espectadores podrán escuchar los mensajes enviados por los familiares que piden ayuda al programa, otra de las novedades.

«Cada generación ha tenido sus problemas, no hay década que haya estado exenta. Pero sí que es verdad que los problemas de esta nueva generación se derivan de una crisis de valores tremenda, una dificultad para acatar la autoridad en casa y mucha soledad. Además, hoy en día la comunidad no está tan cerrada como antes, el maestro era más respetado», argumenta la psicóloga.

Posesión de armas

El 'Hermano Mayor' Jero contará con la ayuda de dos nuevos miembros que se incorporan al equipo: el experto en supervivencia Carlos Vico, que hará que los jóvenes abandonen su zona de confort y les enfrentará en determinadas terapias a situaciones donde su seguridad y su valor se verán cuestionados; y Cristina Llopis, una experta en leyes que asesorará a los chicos sobre las consecuencias legales que tienen acciones como el menudeo de drogas, la posesión de armas o la acumulación de pequeñas condenas por delitos menores, de los que se creen impunes.

Pero, como ocurre en el boxeo, después del combate los púgiles se dan la mano. «Al final acabamos reconduciendo su conducta gracias a una terapia exhaustiva. Yo mismo acabo siendo amigo de ellos y mantenemos una buena relación. En esta temporada hemos invitado a chavales de anteriores programas para que hablen con los nuevos protagonistas. Y tengo que reconocer que funciona, porque ven que hay salida», desvela Jero, con el mismo tono orgulloso que emplearía después de haber ganado por KO.