Sara Sarabia cambia las reglas del arte
La creadora y gestora reivindica el tiempo de creación y los procesos de maduración frente a los ritmos frenéticos en su nueva muestra del Ateneo
Reflexionar y actuar. De la actividad frenética al ritmo pausado. Sara Sarabia ha pegado un portazo y ha cambiado las reglas para hacer arte. Lo ... hace con 'Inhóspita', su nueva exposición que puede disfrutarse hasta el 31 de mayo en el Ateneo de Málaga. «Esto para mí es como parar, darme tiempo a mí misma y reflexionar sobre esos conceptos que me parecen que son muy personales pero que también pueden ser aplicados al resto de la sociedad», confiesa la creadora mientras pasea por la Antesala del Ateneo, donde sus obras llenas las paredes. Después de años de ritmo imparable, Sara Sarabia se dio cuenta de que debía parar a pensar y reflexionar sobre los métodos de trabajo: «Han sido años de proceso de curado, tiempos por los que he transitado por la disociación, el colapso, la violencia, el miedo, la vulnerabilidad y un sentimiento de profunda soledad hasta llegar de nuevo a la asociación».
El resultado de ese proceso de curado son las obras de esta exposición, para las que dejó de lado su trabajo como autónoma en el estudio de arquitectura y también el de comisaria durante cinco meses. «Lo dejé todo para dedicarme sólo a ser artista… La última semana lloraba mucho (ríe). Hace cinco o seis años inauguraba una exposición casi todas las semanas, me pasaba porque siempre he sido muy inquieta. Creo que a lo largo del tiempo he aprendido mucho porque estamos constantemente intentando sobrevivir, pero llega un momento en el que te plantas; he hecho muchas cosas por amor al arte y ya lo que quiero es disfrutar y no dejarme llevar por redes sociales, por los 'likes' y por estar siempre», reflexiona sobre cómo ella misma ha querido cambiar las reglas y las nuevas dinámicas del artista.
Autocrítica
Por eso es que esta exposición es toda una declaración de intenciones: «Ha sido como pegar un portazo hacia mí, mi posición de artista y cómo lo he gestionado este tiempo», confiesa la artista. El resultado de su curado, que pasa por procedimientos físicos y químicos de maduración, son las obras que componen 'Inhóspita': desde los moldes de su propia espalda creados con una técnica única o un pergamino de más de tres metros hasta una secuencia de autorretratos que muestran su realidad más profunda. Todo con una forma única de tratar los materiales y con procesos casi imposibles de tratado con los instrumentos que usa: «Mezclo muchos los materiales y aprendo técnicas nuevas constantemente que adapto a los conceptos. Eso es algo que me viene por la necesidad de trabajar con diferentes formas, como por ejemplo simular la transparencia de una piel, las luces, los acabados...».
En la serie de autorretratos se puede ver todo el recorrido de sentimientos de Sara Sarabia que comienzan en la rabia y acaban con la sanación y reconciliación con ella misma y con el arte. El blanco y negro se apodera de las imágenes y pinceladas rojas marcan ese punto de dolor donde el espectador no puede dejar de centrar su atención. Aunque dentro de ese recorrido la mirada viaja pronto a las 14 representaciones de la artista elegidas entre más de un centenar de autorretratos: «Hay un momento de ruptura, como el grito de aquella pieza… Un grito de rabia conmigo misma, con mi manera de gestionar; esto es un desafío a la ruptura que acaba en un momento de reconciliación», explica.
En este proceso que se ve en 'Inhóspita' todas las piezas son prácticamente performativas. Desde los autorretratos hasta los más de tres metros de escritura automática, como así la llama Sara Sarabia. El texto arranca con la palabra 'vulnerabilidad': «Trabajo en un concepto y empiezo a escribir hasta que paso de una idea a otra… Son muchas horas creándolo y este lo tuve que hacer en dos partes, más que nada por el desgaste físico de la postura y la continuidad. Me preparo el lugar y lo coloco todo; esto es como un ritual», detalla.
Este cambio de reglas y de métodos de creación tan sólo es el resultado a un periodo de reflexión de Sara Sarabia: «Hay mezcla entre lo personal, sentimental, social, circunstancial… Tengo mucho que agradecerle a esta exposición», concluye la artista.
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