Rody Aragón: «Seguiré siendo payaso hasta el día en que no pueda atarme las botas»
El hijo de Fofó fija su residencia en Málaga donde estos días rinde homenaje al legado familiar bajo la carpa del Circo Berlín: «Con las canciones tenemos el Euromillón ganado, persisten en el tiempo»
En un par de horas se producirá la transformación: se colocará el sombrero y la camiseta roja de Fofó, saludará con el clásico '¿Cómo están ... ustedes?' y cantará con el público 'Hola, don Pepito'. Será el momento del payaso, pero hasta entonces es el turno de Rody Aragón. Nos recibe en el centro de la pista a la que sale cada tarde para continuar con el legado que hace cinco décadas iniciaron en España Fofó (su padre), Gaby y Miliki. Está en casa, bajo la carpa del Circo Berlín con el que gira desde hace año y medio recordando a los míticos Payasos de la Tele. Las caravanas de los equilibristas y acróbatas se marcharán el 10 de enero del recinto ferial de Málaga, pero él se quedará. Rody Aragón ha fijado su residencia familiar en la Costa del Sol, como siempre quiso hacer su padre.
«Desde que yo era pequeño le oía hablar de Málaga, era un enamorado de este lugar. Siempre decía que cuando bajaran el ritmo de la televisión, nos trasladaríamos a vivir aquí por el mar y por el clima. Murió con 53 años y no pudo cumplir ese sueño». Él lo ha podido hacer: «Y ya no me voy de aquí, seguro». El payaso que en otra vida fue piloto de aviones comerciales habla con ternura de la saga Aragón sin ocultar el peso del apellido, se muestra ilusionado con su posible vuelta a la televisión y deja claro que a sus 63 años no tiene ninguna intención de colgar las botas.
-¿Alguien le llama Rodolfo?
-Nadie. Y te cuento de dónde salió. Nosotros somos cuatro hermanos: Rocío, Alfonso o Fofito, Adolfo y yo. Y mi padre dijo 'vamos a sacarle de los tres hermanos el nombre al pequeño' y cogieron el 'ro' de Rocío, el 'dol' de Adolfo y el 'fo' de Fofito.
-Acaba de cumplir 63 años, debutó con apenas 10 y aquí sigue.
-Sí. Además, yo creo totalmente en los genes de la familia. Yo me dediqué casi diez años a la aviación y volví con la familia después de ser piloto profesional en América. En unas Navidades, mi tío Gaby me preguntó cómo me sentía y yo le dije que me gustaba mucho más lo nuestro. Y me dijo. 'pues ahora que se va tu primo del grupo, ¿por qué no te incorporas?'. Y así fue.
-Como piloto quizás hubiera tenido una vida más tranquila, sin los vaivenes del mundo del espectáculo.
-Sí, en la aviación como profesional solo tienes que ocuparte de cuidarte físicamente. En lo nuestro nunca sabes lo que va a ocurrir. En el mundo del artista siempre tienes que estar inventando. No depende solo de ti, sino de muchas cosas. Pero es lo que nos gusta, lo que hemos vivido desde chiquititos y lo que realmente me hace feliz.
-¿Nunca se ha arrepentido de esa decisión?
-No, de verdad que no. Y mira que ahora venimos de pasar todos, y seguimos, una difícil etapa. La pandemia para el espectáculo ha sido criminal, ha sido muy dura. Pero lo hemos superado bastante bien. Después del confinamiento nosotros salimos de gira y nos hemos defendido. No era una época de ganar nada, sino de poder sobrevivir. Y lo hemos superado.
-¿Uno se jubila de payaso?
-Mi tío Miliki colgó las botas cuando ya no podía más. Mi tío Gaby igual. Mi padre es el único que se nos fue muy joven, pero él estaba en plena acción y hubiese seguido hasta el día en que ya no pudiera ni atarse las botas. Y yo haré lo mismo. Sin esto no nos sentimos bien, no estamos tranquilos. Nos encanta el aplauso, la risa, el hacer feliz a los demás te motiva.
-Entonces, se ve muchos años más en el circo.
-En el circo y también en la televisión. Me han propuesto alguna nueva idea para volver a televisión, y es un mundo que me gusta.
-¿Echaba de menos la llamada de la televisión? Ha estado mucho tiempo fuera…
-Se paró porque en muchas ocasiones cuando me ofrecían volver yo ya estaba metido en una gira que no podía parar. Y también he vivido unas etapas muy bonitas, de mucho éxito, y cuando estás en algo que funciona es difícil moverte. Pero la televisión me apasiona.
«No volvería a un 'reality', en 'Gran Hermano' no me dijeron la verdad»
-¿Qué formato le gusta?
-En televisión me llaman mucho la atención los programas de entretenimiento. Lo que he hecho en la etapa de 'Sorpresa sorpresa', 'Números rojos', 'Esto me suena'... Creo que algún día volverán a pensar en hacer programas infantiles, estoy convencido de que esta profesión es una noria, pero en televisión yo pienso en programas familiares y de entretenimiento más que en cosas de circo para los niños.
-¿Volvería a un 'reality'? Participó en 'Gran Hermano VIP' en 2004.
-No. Eso sí que me lo han ofrecido para ya. Pero no, no me gustan, no eres artista ahí y lo que a mí me gusta es poder divertir y entretener. No lo haría. No tengo buenos recuerdos. Ya lo puedo decir porque han pasado muchos años: no me dijeron la verdad. Me dijeron que iba a ser de una manera que no tenía nada que ver con peleas, que iba a ser muy divertido, que venía Fabio Testi, Ángela Carrasco, gente de nombre con carrera… Y al final fue más de lo mismo. Los días que yo estaba súper divertido contando cosas, jamás salieron. Estoy totalmente en contra de esa televisión, totalmente. Tengo amigos que trabajan en ese tipo de productoras y no comulgo con ese tipo de programas.
-Volviendo al circo, el de hoy no tiene nada que ver con el que había hace diez o 20 años…
-Nosotros como familia Aragón hemos tenido que ir evolucionando mucho en los espectáculos porque el niño de hoy día está muy preparado con la información que recibe a diario a través de los móviles y de las pantallas. Es un niño con una agilidad mental tremenda. Pero la mayoría del trabajo que hicieron mi padre y mis tíos, traído al ritmo que te piden los niños hoy en día, sigue funcionando. Y las canciones son una garantía absoluta, el público y los niños se las saben, se crían con ellas en las guarderías... Ahí tenemos el Euromillón ganado porque persisten en el tiempo. Alejandro Sanz me dijo: 'Hay dos cosas en el mundo de la música que perdurarán para siempre: las canciones de los Beatles y la de Los Payasos de la Tele. Pasarán 200 años y seguirán cantándose'.
-Muchos niños hoy las conocen más por los Cantajuego que por los payasos…
-Nosotros nunca hemos dejado de hacerlas, pero es verdad que el grupo surgió con mucha fuerza. Nos llamaron para ver si podían cantarlas y les dijimos que claro que sí. Lo mejor que hay para un artista es que se difunda todo el material que hace.
-¿Se siente responsable de mantener viva la memoria de Los Payasos de la Tele?
-Sí, mucho. Cuando salgo a la pista del circo lo hago con el sombrero y la camiseta de mi padre. Significa una responsabilidad enorme, porque ellos hicieron un trabajo tan profesional, tan cercano y calaron tanto, que cualquiera de esta generación de la familia no podemos dejar ese listón por debajo. Tenemos una ventaja, que al ser un Aragón el público te recibe ya con mucho cariño, pero la desventaja es que tienes que demostrarlo. Tienes que hacerlo bien, que el público te diga 'tu padre se tiene que sentir orgulloso de lo que estás haciendo'.
«Al ser un Aragón el público te recibe con mucho cariño, pero luego tienes que demostrarlo»
-Ser un Aragón es una sombra muy alargada, ¿le ha pesado?
-Yo a mi hija de 23 años, que le encanta la interpretación, le digo la verdad: el hecho de que te llames Aragón ayuda, pero después de que te abran la puerta tienes que mantenerla abierta siempre. La gente te va a mirar toda la vida como la nieta de Fofó. Tienes que dar el do de pecho porque si no todo esto se derrumba. Y analizamos mucho todo lo que hacemos. Presenté un musical con mi hermano Fofito en Madrid e hicimos una audición previa con miembros de la familia para ver qué nos decían. Nos gusta que sea así, que tengamos el sello de nuestra propia familia. Siempre nos apoyamos en ese sentido, aunque cada uno haga cosas por su lado.
-¿Hay entonces buena relación en la familia Aragón? Ahora su primo Emilio tiene un espectáculo de circo en Madrid.
-Sí, un homenaje a mi tío Miliki. Una idea muy en su línea. Montamos las cosas de forma muy diferente. A mí me gusta presentar los espectáculos de una manera y a él de otra, pero el análisis final es ¡qué bien está esto!
-¿No se plantean trabajar juntos?
-Es que Emilio lleva mucho años sin dar la cara en directo en escenarios y dijo que no lo iba a hacer más. A lo mejor algún día podemos hacer algo juntos. Igual sí, deberíamos hacerlo.
-¿Usted es el último Aragón que actúa en el circo?
-Mi hermano Fofito ha anunciado que se retira este año. Están los hijos de mi tío Gaby, que se dedican más a la música que al mundo del circo. Pero como buque insignia de la familia sí que estoy yo llevando un poquito todo.
«Hacer feliz a los demás no tiene precio y es lo que yo hago todos los días»
-¿Hay relevo?
-Ahí tengo un pequeño de 14 años que todo el mundo dice que es más Fofó que mi padre. Mi hija va más por la línea de la interpretación, y lo hace muy bien. Y al niño, si no continúa la línea del circo, le encanta la tele, podría ser un buen presentador. Tiene mucho gancho.
-¿No preferiría que se dedicaran a otra cosa?
-Pero si les gusta… Yo he hecho lo mismo. Dejé la aviación para estar en el espectáculo y acerté. Es lo que me llena, a pesar de tener días muy duros y de estar mucho tiempo fuera de casa. Pero es lo que te gusta. Hacer feliz a los demás no tiene precio y es lo que yo hago todos los días. Y como el público nos responde siempre, no lo paso mal. Muchos artistas en esta pandemia, grandes figuras, lo han pasado mal, muy mal. Pero nosotros hemos tenido suerte.
-¿Cómo se consigue sacar una sonrisa cuando uno tiene un mal día?
-Bueno, yo he vivido el presentar un espectáculo de circo cuatro días después de que muriera mi madre. Cuando dije '¿Cómo están ustedes?' yo estaba llorando por dentro. El espectáculo tiene que continuar y es verdad. Es muy difícil suspender un espectáculo porque te haya pasado algo.
-¿No se cansa de tener que ser siempre divertido y amable? Es lo que esperan de usted.
-La gente me dice que siempre estoy sonriendo. Pero mi padre Fofó, que era muy buena persona, muy campechano y muy humano, su gesto natural era serio. Mucha gente cuando le veía en la calle le preguntaba '¿Fofó, qué te pasa?' Y él decía: '¡Es que la gente piensa que yo tengo que estar siempre en plan payaso!' (ríe).
El Circo Berlín
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Lugar Recinto Ferial de Málaga
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Fecha Hasta el 9 de enero. De lunes a domingo. Cerrado el 31 de diciembre y el 5 de enero.
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Entradas Desde 10 euros. Taquilla abierta una hora antes del espectáculo.
-¿En este país se cuida al mundo del circo?
-Está mejorando poco a poco. En otros países en los que hemos estado, el circo está muchísimo más protegido. En España debería de protegerse mucho más. Hablo por los compañeros, por la vida tan dura que llevan… En ciertas ciudades hay unos impuestos muy grandes para montar y desmontar. Eso tiene que ir cambiando. Voy notando en los Ayuntamientos, en las nuevas generaciones de políticos, que van respetando mucho más el trabajo del circo.
-¿Echa de menos los animales en el circo?
-En el 90% del país no se pueden presentar números con animales. Las restricciones han ido poco a poco, de año en año. Quedan muy poquitos circos con animales en España.
-¿Y qué le parece la medida?
-Es una conversación complicada. Yo puedo decir que todos los espectáculos donde yo he visto animales en el circo, los domadores viven de ellos y los cuidan una barbaridad. Yo nunca he visto un maltrato a un león o un elefante. Al revés, he visto cómo los cuidan, los alimentan, los lavan... con unos trailers mejores que la propia vivienda del domador. Y he vivido también una etapa en la que el 75% del público que iba al circo pedía animales en la taquilla. Ahora el 75% del público no los quiere. Yo estoy en el medio, porque lo que he visto siempre ha sido muy positivo, pero lo entiendo y lo acepto.
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