Novelas históricas, de ciencia ficción, intriga, y realidad social para un Planeta con récord de participación

Entre las diez finalistas destacan las obras de corte histórico -aunque en menor número que otros años-, de género fantástico y mitológico, los thriller y novelas de intriga, las románticas, así como las que abordan problemas sociales de latente actualidad, como la falta de vivienda, la soledad, la necesidad de comunicación y el trauma personal y colectivo. Así lo ha avanzado este martes la portavoz del jurado del Premio Planeta de Novela 2025, Luz Gabás, en una rueda de prensa en la que el presidente del Grupo Planeta, José Creuheras, se ha congratulado de las cifras de lectores en España (un 65% lee al menos un libro al año), especialmente entre los jóvenes¡ de entre 14 y 24 años, un 75%, con una subida de diez puntos desde 2020, el año de la pandemia.

Creuheras ha hecho un breve repaso a las cifras de Planeta -que sigue celebrando en 2025 los 75 años de la creación del sello por parte del editor sevillano José Manuel Lara Hernández-, y los 74 del galardón. En este tiempo Planeta ha vendido 46 millones de ejemplares de novelas premiadas y desde la primera edición del premio se han presentado al mismo un total de 29.000 originales. El presidente del Grupo se ha congratulado de que el sector goza «de muy buena salud» y ha dicho que la presencia de la inteligencia artificial (IA) no podrá sustituir al talento de los autores «pero sí debemos ser muy rigurosos y proteger ese talento y la propiedad intelectual que la IA pone en riesgo».

El premio, que se fallará este miércoles 15 de octubre en el marco de una cena literaria en el Salón Oval del Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona, otorgará 1.000.000 de euros a la obra ganadora. Se trata del galardón literario mejor dotado del mundo, por encima, incluso del Nobel. El año pasado se lo llevó la escritora Paloma Sánchez-Garnica, con la novela 'Victoria'. La obra finalista, que tiene una bolsa de 200.000 euros, correspondió en 2024 a 'Fuego en la garganta', de Beatriz Serrano.

El jurado del premio lo integran este año José Manuel Blecua, Juan Eslava Galán, Luz Gabás, Pere Gimferrer, Eva Giner, Carmen Posadas y Belén López, directora de Editorial Planeta. En esta edición Eslava Galán y Blecua no asistirán presencialmente a las deliberaciones, y lo harán telemáticamente por problemas de salud sobrevenidos.

La procedencia de las novelas recibidas es muy diversa. Además de España, con 687 obras presentadas, destaca América del Sur con 378. El resto de los originales proviene de América del Norte(161), América Central (41), Europa exceptuando España (36), Asia (4) y África (2). También concurren un total de 11 novelas cuyos autores no han especificado procedencia.

Entre las 1.320 obras recibidas, el jurado ya ha elegido las diez finalistas. Hay cuatro presentadas con seudónimo y entre las que seguramente estará la ganadora, como viene ocurriendo en las ediciones de las últimas décadas, en las que siempre se han llevado el premio autores y autoras que han preferido no revelar su verdadera identidad.

Se da la circunstancia de que tres de los autores anónimos han escogido un nombre de mujer. Se trata de 'No es tan fácil morir de amor', de Elvira Torres; '¿No es hermosa la luna?', de Selene Noctis; y 'El color de la lluvia', de Sofía García. La única presentada con seudónimo masculino, aunque británico, es 'Zoltar el mago, el pirata Roberts y una novela del Oeste', de Keith Astra.

Las otras seis finalistas con autores que sí han dado la cara son: 'La muerte de la diosa', de José Antonio Ariza; 'El destino en la esfera de un reloj', de Enrique Alejandro Santoyo Castro; 'Donde se escriben los nombres', de Blanca Montoya Landa; 'Todos ríen', de Noelia Espinar; 'Ghosting', de Salva Rubio y 'Por su gran culpa', de Mauro Corti.

Entre las finalistas no hay un género claro que predomine sobre el resto. Hay, como es habitual, novelas de corte histórico, ambientadas en el siglo XVII o en la posguerra. Pero como ha dicho Carmen Posadas, «otros años ha habido mucha más presencia de novelas históricas». Hay también obras que vuelven la mirada a los años 90 del siglo pasado. Y las hay ambientadas en Galicia, en Barcelona, en Sevilla e incluso en Sudáfrica y en el Virreinato de la Nueva España.

«Hay algunos libros que son híbridos, o sea, son novela histórica y fantástica», ha comentado Posadas. Gabás, por su parte, ha apuntado que, independientemente del género, considera que las novelas finalistas abordan, desde distintas perspectivas, la realidad social y las preocupaciones actuales. «Esto es común a todas, incluidas las de ciencia ficción», e incluso en las novelas históricas, en las que subyace una trama romántica, «hay una reflexión sobre la sociedad actual y sobre sus preocupaciones«. Y ha añadido que hay temas muy concretos que se abordan, como la vivienda, la soledad, la necesidad de comunicación, «y sobre todo hay una idea común a todas que es la necesidad de reconstrucción individual y colectiva, y por supuesto el trauma individual y social».

Así las cosas, este miércoles se despejará la duda de quién se llevará el millón de euros del galardón, un premio que todo indica lo recogerá Elvira Torres, Selene Noctis, Sofía García o Keith Astra, o mejor dicho los verdaderos autores o autoras que se ocultan detrás de esos seudónimos.

En concreto, 'Todos ríen', de Noelia Espinar, está protagonizada por una joven química que percibe que la sociedad se ha vuelto agresiva y manipulable. El descubrimiento que hace sobre las causas la pondrá en peligro a ella y a todos los que se oponen a un plan secreto del gobierno, pero ella luchará para revertir la situación.

«Es una novela de ciencia ficción, ingeniosa, que incluye una crítica social, pero también hay una historia de fondo muy actual de cómo la maldad germina en lo cotidiano. Está escrita con un ritmo muy ágil y la novela se lee como una metáfora del envenenamiento colectivo en la actualidad», ha explicado Gabás.

En 'Ghosting', de Salva Rubio, un escritor en crisis obsesionado con la cultura de los años 90 compra una casa antigua en un barrio de Barcelona, donde pronto descubre que no está solo y que comparte espacio con el fantasma de una joven llamada Silvia con quien comienza a intercambiar historias y con quien acabará creando un vínculo tan profundo como imposible.

«Es una novela actual con humor, con una estupenda recreación de los años 90 del siglo XX y escrita a lo largo de 30 capítulos breves», ha detallado Gabás. Y ha añadido. «En esta novela se mezclan la nostalgia, el duelo y el deseo de un nuevo principio. Pero también se hablan de cuestiones muy actuales, como la dificultad de encontrar vivienda, el turismo masivo o la importancia de la comunicación en las relaciones».

En 'Por su gran culpa', de Mauro Corti, el periodista Mauricio Costas recibe de manera anónima un diario que lo lleva a investigar la muerte del padre Molina en un pueblo argentino marcado por la dictadura y el silencio. Sus pesquisas se entrelazan con la culpa por el suicidio de su amigo Javier, sucedido veinticinco años atrás y con la figura de Clara.

«Es una novela actual, un thriller periodístico con un toque de drama histórico. Está escrita con un tono íntimo y sobrio que nos habla de la memoria individual y colectiva, del trauma no resuelto, del peso tanto del silencio como de las relaciones. Y de la necesidad personal de la reconstrucción. Todo esto lo vemos a través de un periodista, Mauricio, que arrastra un sentimiento de culpa y que busca respuestas en el pueblo de Orellana, en Argentina».

'No es tan fácil morir de amor' de Elvira Torres (seudónimo) cuenta la historia de Vera, una mujer de mediana edad perteneciente a la alta sociedad sevillana que rompe su matrimonio vacío y lleno de 'domingos por la tarde' con un marqués, e inicia una apasionada relación con Antonio, más joven que ella y de origen humilde. Este nuevo romance la conduce a un proceso de liberación personal que culmina con el descubrimiento de la verdadera cara de su exmarido.

«La novela, con algún toque de thriller, trata la desigualdad social, las contradicciones individuales entre el deseo y la realidad, las complicadas dinámicas familiares y el deseo de liberación personal», ha comentado la portavoz del jurado.

'¿No es hermosa la luna?', de Selene Noctis (seudónimo) es un thriller psicológico y una novela romántica ambientada en una isla, en la que con tono melancólico se tratan temas como el amor prohibido, la muerte, o la búsqueda de una misma.

La protagonista, Victoria, regresa a Lyra, su pueblo natal en la isla de Lesbos, tras una ruptura violenta y se ve envuelta en una serie de asesinatos que coinciden con cada luna llena Mientras investiga el misterio se enamora de Kassia y descubre las cartas de Safo a su amada Clëa en una historia atravesada por el amor y la tragedia.

'Zoltán el mago, el pirata Roberts y una novela del Oeste', de Keith Astor, (seudónimo) es una novela escrita «desde la ironía» y une la ciencia ficción, el derroche de imaginación y la imposible conexión entre Napoleón III, el lejano Oeste y el presente. A través de la sátira, el protagonista, un recién jubilado, trata de reinventarse gracias a la literatura, que lo saca de su monotonía. El hombre acaba encontrando su propósito vital que culmina en Las Vegas.

'El color de la lluvia', de Sofía García (seudónimo) es un drama histórico con tintes góticos «y mucho lirismo» escrito en tiempo pasado, comenzando en la posguerra. «Es una bella novela sobre la pérdida y el silencio, la memoria familiar y colectiva profundamente herida pero que se abre a la esperanza. Es también una historia sobre miedo, la oscuridad y las duras decisiones en un contexto histórico muy difícil», ha descrito Luz Gabás.

La protagonista es Sofía, nacida en la posguerra y criada por sus abuelos en la Galicia rural, que arrastra secretos familiares y ausencias. Una extraña dolencia la lleva al hospital donde se ocultan los horrores de experimentos con personas y descubre la existencia de una hermana gemela perdida. Con la ayuda de Daniel averigua la verdad y juntos abren un camino hacia la esperanza.

En 'La muerte de la Diosa', de José Antonio Ariza Rodríguez, se cuenta que en el clan de las siete hermanas, la diosa Venus y la chamán Asiae presienten el regreso de Orión convertido en dios. El exige que Venus se someta, pero ella acaba quitándose la vida. Resucitada como diosa celestial anuncia el futuro de su hijo Sahel y el de Orión en una interpretación del mito de la diosa madre y del origen de la civilización.

«Es una novela cargada de simbolismo, como un relato mitológico de dioses y chamanes con ritmo, riqueza descriptiva y un tono poético. La novela habla sobre el orgullo, la vanidad, el rencor, la ambición, el poder del amor, la tiranía, la violencia, las consecuencias de la venganza y la discriminación de la mujer desde tiempos inmemoriales», ha explicado Gabás.

'El destino en la esfera de un reloj', de Enrique Alejandro Santoyo Castro, es una novela histórica con un enfoque romántico y político, que nos lleva al siglo XVII, con los personajes principales envueltos en un romance complicado, en un contexto de intrigas políticas, de esclavitud y de abuso de pueblos indígenas.

La novela se retrotare a los tiempos de Felipe IV en los que el duque Francisco y Leonora se enamoran, aunque ella acaba casada con el virrey de Nueva España. Enviado a las Indias para hacer cumplir la ley y destapar una conspiración, Francisco se reencuentra con Leonora y el amor se reaviva, pero su historia, marcada por la tradición y la muerte, tendrá un desenlace fatal.

'Donde se escriben los nombres', de Blanca Montoya Lamba, cuenta la historia de Abi, una mujer que viaja a Sudáfrica para esclarecer la muerte de su hermano Tomás, un joven escritor que investigaba allí para su novela. Siguiendo sus pasos conecta con la memoria de Ewan Rider un ex oficial de la antigua Rodesia marcada por la guerra.

Se trata de una novela de época, de narrativa optimista, en un marco colonial, con un toque de misterio que alterna los tiempos, el presente, en el que una mujer emprende una búsqueda, y el pasado, en forma de memoria confesional. «Ambas miradas nos acercan a Sudáfrica y reflexionan sobre la identidad, la culpa, el colonialismo, la memoria y la búsqueda de respuestas», ha detallado Gabás.